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viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

Clara Herrera: “Mi viaje a Senegal fue como un regreso al mundo de mi infancia”

En su reciente viaje a Senegal, la Cooperante de la ONG MamanAfrica afirma que,  “a pesar de las carencias, adultos y niños muestran un rostro de felicidad”. Es su tercer viaje como cooperante.

Clara Herrera
Clara Herrera

Mientras por estas latitudes, la mayoría de seres humanos se  hallan inmersos en la vorágine consumista y desperdician el valioso tiempo de su vida en intentar poseer cuantas más “posesiones terrenas”  les sea posible, como tener el mejor coche, vestir de Marca o simple y llanamente enjaezarse la vida; otros en cambio, como el caso de Clara Herrera, lo dedican a intentar buscar recursos básicos para la subsistencia de personas menos favorecidas.

No es que no tengan espíritu de lucha, lo poseen  y más desarrollado que nosotros, afirma la cooperante en una Entrevista concedida a GomeraActualidad.com ; “es que simplemente, el atraso en el país en tan grande que resulta casi imposible poder trazar líneas de progreso ante tanta falta de infraestructuras básicas como sería una simple Red de Abastecimiento de agua potable ”.

Clara Herrera, Cooperante de la ONG MamanAfrica, comienza a relatándonos su experiencia “al amor” de un café en la Terraza de la conocida Tasca Telémaco; establecimiento que toma su nombre del legendario velero que partiese de La Gomera con los “sueños de una vida mejor”  de aquellos que, las carencias y dificultades les acuciaban.

En este escenario, que invita a la reflexión, a la charla distendida y a las confesiones sinceras, Clara Herrera nos cuenta como en los días previos a su partida, las horas se hacían interminables, extensas y en las que preparar las maletas no era precisamente una tarea que ocupase demasiado tiempo; apenas 6 kilos que se permiten como equipaje de mano  de “lo imprescindible” era suficiente. La importante, la de mayor volumen si había que aprovecharla al máximo pues debía ir repleta de medicinas y cosas útiles para aquellos a los que van a ayudar.

Antes de adentrarnos en los detalles, preguntamos a Clara Herrera de donde nace su vocación por ser parte activa en este tipo de causas y nos cuenta que, su vocación nace en ella desde muy temprana edad, tanto que la sitúa en su época estudiantil en el CEO Mario Lhermet donde, escuchando una charla de una Misionera que contaba su experiencia por aquel entonces en tierras africanas, tuvo que abandonar la clase ante la imposibilidad de seguir escuchando impasible, las calamidades que aquellos seres humanos sufrían.
Clara se prometió desde ese entonces que, algún día, ella también sería parte activa de lo que considero como la mejor obra que un ser humano puede realizar por su semejante. 

Es, bastantes años más tarde cuando, a través de una amiga, Clara Herrera toma contacto directo con la ONG MamanAfrica  y comienza a conocer sus proyectos que de inmediato “la enganchan”. A partir de ahí, inicia una serie de actividades con el objetivo de recaudar fondos, materiales escolares y medicinas.

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Para ello, Clara destaca que a raíz de organizar la Primera Carrera Solidaria en Agulo, se reafirmó en ella la sensación de generosidad que distingue al pueblo del que siempre ha hecho alarde y también de las gentes solidarias que pueblan La Gomera; algo que la Cooperante remarca con una amplia sonrisa. 

Clara Herrera nos cuenta que tanto ella como el resto de Cooperantes tenían claro que, este viaje, no era un viaje como cualquier otro en el que el Turista sólo se preocupa de llevar cuantas más cosas para la comodidad de la estancia, mejor. No, ni mucho menos, nos dice. La preocupación mayor era la de llevar lo que en el lugar de su destino esperan para mejorar sus carencias.

Nos relata cómo fue su llegada al Aeropuerto de Dakar , donde ya les esperaban con impaciencia pero a la vez con esperanza y en el que les ofrecían servicio de transporte a cambio de unas necesarias “monedas”.

Los días de estancia nos cuenta que transcurrieron con bastante “ajetreo”, de un lado para otro repartiendo material sanitario y escolar en diferentes poblados de Senegal, pero a su vez , repletos de satisfacción por las sonrisas que los niños les obsequiaban cuando recibían sus cuadernos o lápices de colores.

Clara dice que su sensación fue parecida a las experiencias que vivió cuando niña,  cuando en nuestra isla, las dificultades y escaseces eran un tanto parecidas y , aun así, sonreíamos y éramos o parecíamos más felices. “Sera que dedicábamos el tiempo en alcanzar lo que no teníamos, que el espacio para la “depresión” o la preocupación por lo “inconcreto” no tenía cabida”.-dice.

Otro de los aspectos que Clara destaca de su viaje como cooperante es la capacidad de los niños de ser felices y agradecidos con la ayuda que reciben y que a su vez, les ha servido como lección enriquecedora para afrontar la vida, aquí, en La Gomera, donde afortunadamente tenemos de todo y “nos quejamos casi por inercia”. Regreso, dice la cooperante, con otra visión de la vida, donde el valor de los sentimientos los he puesto por encima de los valores materiales.

Nos cuenta que, entre otras actividades que han desarrollado durante los días que han permanecido en el Continente africano, ha sido la de la continuación de la dotación en el Puesto de Salud Sare Bala y que presta una asistencia de calidad a la población de la localidad y cercanías (ya que muchos pacientes de otras aldeas de la región se trasladan aquí por este motivo).

También nos habla de sus actuación en la Unidad de Prematuros del Centre Hospitalier de Abass Ndao, donde desde el año 2011, están colaborando.
“Tenemos conocimiento de las necesidades de equipamiento sanitario y cada año dependiendo de los granitos que hayamos recaudado, vamos equipando a esta unidad de prematuros”. En 2015 conseguimos entregar dos incubadoras y en 2016 de dos bombas de suministro de medicación.-nos cuenta.

Clara Herrera también nos relata la dura historia que viven los niños Talibés de Saint Louis; unos niños que son captados por las escuelas Coránicas con el fin de obligarles a ejercer la mendicidad, para ello están intentando que el Proyecto Casas de Escucha , tengan cada vez más capacidad de ayuda a los niños que acuden demandando primeros auxilios, aseo, orientación, etc. El impulso de este proyecto, dice Clara, es el que más ansiedad le genera , motivado por la sensación de necesidad de apoyo y protección que los niños, en silencio, parecen demandarle.

Finalizamos la entrevista felicitando a Clara Herrera por la labor altruista y solidaria que realiza, la cual, bajo esa apariencia de persona seria y estricta, alberga una enorme sensibilidad y un gran corazón para con aquellos que sufren desigualdades.

Termina con palabras de agradecimiento para todos los que le ayudan con sus aportaciones, que son muchos en La Gomera, entre las que nos menciona, la realizada por el escritor gomero Rubén Antonio Cubas Castilla, quien, con la donación a la ONG de parte de los beneficios de la venta de su Libro “El Silbo que me cambió la vida”, hará que, también la vida de otros niños, cambie en gran parte.