Canarias es un territorio formado por mundos totalmente distintos. Islas con particularidades, formas de hablar, biodiversidad, y sobre todo, formas de ser únicas. Pero es también un territorio unido y con una identidad común.

En estas islas tan distintas y tan iguales, ocurre la particularidad de la similitud entre vecinos. Fuerteventura tiene a Lanzarote, Tenerife a Gran Canaria y la Gomera, tiene dos espejos en los que mirarse y comparar: La Palma, más grande y poblada; y el Hierro, más pequeña y por tanto con problemas y ventajas más similares a los de nuestra isla.
Proponemos un ejercicio de comparación, para intentar hacernos una idea de cómo se están haciendo las cosas y para ello nos fijaremos en el Hierro, proponiendo algunos puntos:

- Agricultura, pesca y ganadería: según los últimos estudios, la Gomera tiene que importar más del 80% de lo que se consume mientras los campos permanecen abandonados y tanto pescadores como ganaderos las pasan canutas para llegar a fin de mes, aún con productos de gran calidad.

Eso sin nombrar el problema de la denominación de la miel de palma que tiene a los productores en la cuerda floja.

En El Hierro se han planteado el sector primario desde otra perspectiva. Hace casi dos décadas, cuando empezaron a atisbar la caída del precio del plátano, se hicieron estudios de mercado, analizando las necesidades y las capacidades. Es decir, qué demanda el mercado que podamos producir y la respuesta fue la piña tropical.

Pero no sólo se quedaron ahí, además, crearon una empresa (Productos del Hierro) encargada de facilitar la distribución de productos fuera de la isla, con denominaciones de origen que certificaran la calidad de los mismos.

Para ayudar a los pescadores se creó la reserva del Mar de las Calmas, un santuario de abundante vida marina y biodiversidad donde tienen la exclusividad de la pesca comercial siempre con artes tradicionales. Y esto nos lleva al siguiente punto.

- Turismo: La Gomera parece estar apostándolo todo a los cruceros. El turismo de un día donde los visitantes terminan mareados de tanta curva en tan poco tiempo y jurando no volver a pasar por ese mal trago. A los cruceros y a los viajes del consejero de turismo por el mundo, por supuesto sin explicar cuánto nos cuesta y que resultados obtiene (por lo pronto chinos siguen sin venir)

El Hierro por otra parte ha huido del “crucerismo”, centrando su estrategia en diferenciarse como destino SLOW y de naturaleza, pero de una forma real, con senderos de calidad, actividades alternativas y al aire libre, y sobre todo poniendo sobre la mesa dos valores olvidados aquí: el mar para el buceo y el cielo para el parapente.

- Comunicaciones: No cabe duda que la Gomera es una de las islas mejor comunicadas con el exterior. Barcos rápidos y de calidad con múltiples salidas diarias y un aeropuerto, infrautilizado, pero en uso. Lo único que podemos envidiar al Hierro en este aspecto es el compromiso total de sus dirigentes. Cuando existió la amenaza de disminución de frecuencias, D. Alpidio Armas, presidente del cabildo herreño no dudó en subirse a un barco y negarse a bajar hasta que no se resolviera el problema, y se resolvió. En la Gomera llevamos años mendigando una línea marítima interior que con otro presidente jamás habríamos perdido.

- Energía: Es sin duda, el punto más sonrojante de todos. Mientras que El Hierro se convertirá en un territorio autosuficiente energéticamente cuando comience a funcionar Gorona del Viento, en la Gomera nuestro presidente aplaude la colocación de un cable que nos enchufe a Tenerife, mientras va decidiendo si está a favor o en contra del petróleo.

Podríamos analizar otros temas, como el hecho de que El Hierro cuente con un helicóptero con base permanente del GES; un centro de interpretación de su lagarto gigante; obras públicas en uso y no abandonadas a medio terminar; una tasa del paro por debajo de la media,… Pero llegados a este punto cada uno debe analizar y comparar. Nosotros por nuestra parte no podemos más que ENVIDIAR.