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sábado, 20 de abril de 2024 00:00h.

Reportaje Especial: ¿Qué puede estar sucediendo bajo La Palma?

Con este reportaje especial pretendemos aclarar los fenómenos que vienen produciéndose en La Palma desde el pasado mes de octubre de 2017. Ante todo, debemos acercarnos al problema desde la tranquilidad aceptando que vivimos en islas volcánicamente activas.

Escenario_4_LaPalma

Texto: VC Imágenes: IGN/VC/V.Araña

Con este reportaje especial pretendemos aclarar los fenómenos que vienen produciéndose en La Palma desde el pasado mes de octubre de 2017. Ante todo, debemos acercarnos al problema desde la tranquilidad aceptando que vivimos en islas volcánicamente activas.

A pesar de la reciente erupción de El Hierro, es erróneo pensar que la dinámica en la Isla de La Palma va a ser igual. Es importante saber que dos procesos volcánicos no funcionan igual ya que están sujetos a condiciones diferentes aunque sean islas del mismo archipiélago. De igual forma, las estadísticas de cuándo y cómo puede ser la próxima erupción no deben llevarnos a conclusiones equívocas. Aunque haya periodos de erupciones cada 50 años, también debemos aceptar que hay precedentes de siglos muy activos. Como ejemplo el siglo XVIII cuando hubo en Canarias nada menos que 5 erupciones  confirmadas y varias islas se reactivaron casi simultáneamente.  

Por todo ello, es importante comprender los posibles escenarios volcánicos que puedan tener lugar en un futuro próximo con el fin de estar lo mejor preparados posibles. La otra gran obligación es que, como sociedad, debemos estar lo mejor preparados posible para afrontar, antes o después, un fenómeno eruptivo.   

Este reportaje ha sido posible gracias a la información suministrada por el IGN, Gobierno de Canarias (PEVOLCA) y con el asesoramiento de expertos en riesgo volcánico.

  

Antecedentes 

Tras la finalización de la erupción del volcán Teneguía en 1971, tan sólo figuraban  13 sismos en La Palma y su entorno de acuerdo al catálogo sísmico  del Instituto Geográfico Nacional (IGN)        (http://www.ign.es/web/ign/portal/sis-catalogo-terremotos). En mayo de 2017, la red del IGN es mejorada en la Isla de La Palma con la instalación de 3 nuevos sismógrafos y en octubre de 2017 se vuelve a mejorar con otros tres adicionales, quedando la configuración de la red de monitoreo tal como se muestra en el mapa. 

Primera serie sísmica. 7-9 de octubre de 2017

El 7 de octubre de 2017 se registra una primera serie sísmica en el extremo Sur de la isla de La Palma. Se detectan 68 eventos (hasta las 6:11 UTC del 9 de octubre), con una magnitud máxima de 2,7 MbLg y una distribución espacial de SO-NE a la altura de Cumbre Vieja tal como se muestra en el mapa. Estos sismos se sitúan a una profundidad estimada entre 15 y 22 Km y no se tiene constancia de que alguno haya sido sentido por la población. De acuerdo a los organismos encargados de la vigilancia volcánica que operan en Canarias, no se detecta deformación del suelo ni alteraciones en la emisión de gases ni en las propiedades del agua subterránea.

 

Segunda serie sísmica: 13 de octubre de 2017.

Se registran en el catálogo sísmico 44 eventos, si bien alcanzan 352 mediante el conteo manual, la mayor parte de ellos tan pequeños que no pueden ser localizados. Al igual que en la primera serie sísmica, no se reporta deformación del suelo ni alteraciones en la emisión de gases ni en las propiedades del agua subterránea.

En esta ocasión, la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias convoca al Comité Científico del PEVOLCA el 11 de octubre de 2017 que llega a la siguiente conclusión:

“...apuntan como  posible origen a una pequeña intrusión magmática a gran profundidad. Sería, en todo caso, un fenómeno normal en zonas volcánicamente activas, si bien, en la Isla no se había producido en los últimos 27 años”.

 

Tercera serie sísmica: 10-14 de febrero de 2018

Tras unos meses de inactividad, los temblores reaparecen   al Sureste de la Isla. 

Desde la noche del sábado 10 de febrero, el IGN ha localizado 69 terremotos en el entorno de las poblaciones de Los Canarios y El Pueblo, el mayor de ellos de magnitud 2.6 a una profundidad de 28 km. Desde la 1h UTC del día 14 de febrero, la actividad ha aumentado significativamente (53 eventos localizados/día, el mayor de magnitud 2.5) a profundidades comprendidas entre los 25-30 km.

Sigue sin ser reportada deformación del suelo,  alteraciones en la emisión de gases o en las propiedades del agua subterránea.

La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias convoca nuevamente al Comité Científico del PEVOLCA el 11 de octubre de 2017 que llega a la siguiente conclusión:

“Desde el pasado 10 de febrero de 2018, el IGN ha detectado 928 movimientos sísmicos en La Palma y su entorno, la mayor parte de muy baja intensidad [magnitud][1] , y ha localizado 85 de ellos, con una profundidad de entre 25 y 30 kilómetros, que no han sido sentidos por la población. (…) apuntan a una nueva entrada de material magmático de bajo volumen y a gran profundidad”.

Listado de sismos registrados desde 1972 hasta 2016 en La Palma y su entorno según el registro[2]  del IGN

Evento

Fecha

Hora

Latitud

Longitud

Prof.(Km)

Inten.

Mag

TipoMag.

Localización

7270

16/01/1973

18:51:00

28.4667

-17.8333

 

 

 

 

FUENCALIENTE

394420

25/06/2003

18:15:29

28.5209

-18.4866

28

 

2.6

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

524841

26/11/2004

06:12:29

28.6354

-18.3716

 

 

3.4

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

592834

02/08/2005

20:18:26

28.5916

-17.7711

 

 

1.2

4

SE ELPUEBLO

596388

18/08/2005

23:12:06

28.5806

-17.7126

32

 

1.7

4

SE ELPUEBLO

607238

06/10/2005

09:28:54

28.4423

-17.6271

3

 

2.2

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

798922

06/10/2007

13:55:42

28.7515

-17.6504

35

 

2.0

4

E SANJUANDEPUNTALLANA

1257345

10/02/2014

05:56:49

28.8233

-17.7398

40

II

3.7

4

NE LOSSAUCES

1306046

12/11/2014

21:20:24

28.6176

-18.0970

33

 

1.9

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

1306305

14/11/2014

01:18:05

28.5475

-17.5424

12

 

1.3

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

1327313

30/04/2015

06:33:00

28.8571

-18.3215

31

 

1.5

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

1369863

31/01/2016

15:29:42

28.5574

-17.5646

 

 

2.3

4

ATLÁNTICO-CANARIAS

 

NOTA La magnitud corresponde a la medida de la energía liberada en el sismo, fue introducida por Richter en 1930 y su cálculo se ha ido mejorando con el avance instrumental, se expresa por un número decimal p.e 3.7 o M3.7. La intensidad refleja los efectos del sismo: si ha sentido y como por la población y los daños ocurridos. La intensidad de un terremoto no está totalmente determinada por su magnitud, sino que se basa en sus consecuencias (calidad de la construcción, efecto suelo, etc.) Mercali la definió al estudiar el terremoto de Granada de 1884 modificando escalas anteriores. Se expresa en grados (y escrito en cifras romanas) p.e grado IV

 

 ¿Cómo sería una erupción el La Palma?

Para empezar, tenemos que conocer qué condiciones deben darse para que se produzca una erupción.  Debemos comprender qué es una reactivación volcánica. Brevemente podría resumirse como una alteración clara de los parámetros volcánicos que definen un nivel de base para una determinada región o volcán. Para determinar dicho nivel de base es necesario tener registros históricos, con el fin de poder distinguir entre lo que se considera  actividad normal (cuando está dentro del nivel de base) o anómala (cuando lo supera). Es importante ser cautelosos a la hora de determinar el nivel de actividad volcánico de una zona poco conocida o vigilada, dado que habitualmente no se dispone de un historial adecuado que pueda realizar análisis fiables. No obstante, para el caso de la Palma, si bien la red de monitoreo inicial era relativamente pequeña, si permitía determinar a grandes rasgos el nivel de base de la actividad sísmica y, ante un cambio notable, proceder a incrementar la misma.   

Por otra parte, no todas las reactivaciones volcánicas tienen que acabar en erupción. Aproximadamente sólo un 10% de los empujes de magma logran alcanzar la superficie. En el caso concreto de la actividad que se ha producido en La Palma con las series sísmicas de octubre 2017 y febrero 2018, según los científicos que forman el Comité Científico del PEVOLCA, “no son indicios más que de entrada de pocas cantidades de magma bajo la isla y se debe seguir su evolución”. Aunque bien es cierto que podría ser el inicio de un proceso más largo, harían falta más fenómenos para esperar que esta reactivación pueda desencadenar una erupción a corto plazo. Por otro lado, tampoco hay que olvidar la reciente erupción de El Hierro y cómo evolucionó a lo largo de los días. Es por ello que los responsables del monitoreo han incrementado la vigilancia sobre la isla.

 

¿Cómo avisa un volcán? Precursores de una erupción

Según los expertos, aunque no todos los volcanes actúan igual, en general las erupciones suelen venir anticipadas de los siguientes fenómenos:

-Incremento de la actividad sísmica, tanto en frecuencia como en magnitud, siendo cada vez más sentida debido a que se producen más cerca de la superficie y con mayor energía.

-Deformación del terreno que, aunque no sea observable generalmente a simple vista, si es detectada por los aparatos de medición. En el caso de la erupción de El Hierro se llegaron a alcanzar velocidades de deformación de  centímetros/día

-Variaciones en la micro-gravedad debido al movimiento de fluidos internos, o a las deformaciones.

-Cambio de las propiedades de las aguas subterráneas de las galerías o acuíferos. Pueden aparecer variaciones, como un incremento de la temperatura, una mayor  acidez del agua (esto se debe a un posible aumento de carbonatos que no es un precursor claro e incluso su disminución podría ser considerada como  precursor) y la aparición de otros elementos a los usuales que obligarían a limpiar las conducciones más frecuentemente y a tener más cuidado con los electrodomésticos que usen agua. También se suele producir un detrimento de la calidad del agua potable, hay que realizar controles de sanidad con mayor frecuencia.

-Incremento en la emisión de gases del subsuelo o cambios importantes en la composición química de los mismos. En general y muy especialmente en zonas volcánica, siempre hay que extremar las precauciones a la horade introducirse en una galería, pero aún debe ser más cuidadoso cuando se constata una posible reactivación del sistema volcánico tal como parece ser el caso de la isla de La Palma.

 

¿Qué es una erupción volcánica?

Se entiende por erupción a la expulsión de materiales del interior de la Tierra en un punto determinado y a una temperatura alta. Los materiales volcánicos son principalmente gases y magma que pasa a llamarse lava cuando sale a la superficie en forma líquida. El comportamiento de la erupción (duración, explosividad, cantidad de materiales, etc.) dependerá de muchos factores, pero principalmente de la cantidad de magma disponible y la composición de éste. El lugar donde pueda producirse la erupción siempre será aquel por donde el magma encuentre más facilidad para atravesar las rocas o materiales que tenga encima.

 

Escenarios más probables según la historia eruptiva de La Palma

Según fuentes diversas consultadas en La Palma cabría esperar, las siguientes posibilidades:

Escenario 1: Retorno a la normalidad o al nivel de base.

Si no hay nuevos aportes de magma en profundidad, la sismicidad desaparecería progresivamente y el magma intruido se estancaría en profundidad. En este escenario, la actividad volcánica observada iría disminuyendo progresivamente hasta alcanzar los niveles de base iniciales.

Escenario 2: Progresiva acumulación de magma en profundidad.

Continúa la acumulación progresiva de magma en profundidad mediante el ascenso de pequeñas acumulaciones de magma que vienen de zonas más profundas que el emplazamiento actual. . Estos ascensos se manifestarían con  incremento de los terremotos, tanto en frecuencia como en magnitud, en fases de relativa corta duración (días semanas). Algunos sismos podrían ser sentidos por la población como golpes secos contra el suelo, a veces acompaños de retumbes subterráneos. Si la cantidad de magma acumulada es suficiente, los Inclinómetros, extensómetros,  INSAR, GPS otras técnicas de vigilancia espacial, mostrarían que el suelo de la isla podría irse deformando, tanto verticalmente (elevación) como horizontalmente (desplazamientos laterales). También podrían detectarse incrementos en la emisión de gases en las zonas próximas a la intrusión, dentro del edificio de Cumbre Vieja (galerías, posibles nacientes, fracturas, etc.) .

Escenario 3: Intentos de ascensos de magma hacia la superficie.

Si el proceso continúa y alcanza niveles de energía superiores a los actuales en los que continúa la acumulación de magma bajo la isla,  podría alcanzarse un estado en el que dicho magma trate de alcanzar la superficie. Ello conllevaría una aceleración de la actividad. La sismicidad incrementaría su energía y la deformación del terreno sería más rápida con elevaciones de varios centímetros diarios. Aparecerían nuevos precursores como ruidos subterráneos o emisión de gases. Los sismogramas deberían registrar señales de tremor que revelarían el movimiento de fluidos subterráneos. Las aguas de galerías y pozos de la isla podrían verse alteradas. Este incremento de la actividad sísmica es especialmente peligroso en las zonas con mucha pendiente, dado que pueden producirse pequeños desprendimientos. Las posibilidades de erupción (submarina o en tierra) se incrementarían de manera notable. En el caso de la isla de El Hierro, desde 2011 cuando fue detectado por primera vez un cambio en el sistema volcánico hasta el 2013, se detectaron, al menos 5 procesos de inyección que intentaron alcanzar la superficie, si bien sólo tuvo éxito en una ocasión.

Escenario 4: Erupción explosiva (más gases) o efusiva (más lavas).

Si el empuje del magma tiene la suficiente energía para alcanzar la superficie, el escenario 3 podría evolucionar hacia una erupción. La sismicidad y deformación se acentuarían con rapidez hasta un momento crítico cuando se abre el conducto eruptivo (En el caso de el Hierro dicho clímax se producía normalmente asociado a un sismo de mayor magnitud, tras un aumento considerable de la sismicidad). En ese momento, deformación y sismicidad podrían decrecer, dado que la erupción supone un proceso de liberación de energía (como si redujéramos la presión acumulada en el interior de la tierra). Aparecería el tremor en los sismogramas. Dependiendo de las características del magma y de la zona donde se produce la erupción, está puede tener un comportamiento u otro, por ejemplo, ser más o menos explosiva.

 

 Tipos de erupciones posibles

En la historia eruptiva reciente de La  Palma tenemos ejemplos tanto de erupciones efusivas como explosivas. La explosividad de las erupciones puede verse incrementada por el contacto con el agua, bien de origen marino o acuíferos. Otra posibilidad es que el magma joven que asciende intercepte alguna bolsa de magma de erupciones antiguas y puede generar una erupción de alta explosividad por mezcla de magmas, si bien para que ello pasara dicha bolsa tendría que ser muy importante en volumen.

Es habitual que a lo largo de una misma erupción el nivel de explosividad pueda cambiar, dependiendo de cómo evolucione el sistema interno y su interacción respecto al lugar en el que se emplace la boca de emisión.

Según se ha observado en La Palma, cuando los puntos eruptivos se localizan en la zona de cumbre o en la costa, la explosividad tiende a ser mayor (De la Nuez and Quesada, 1999; White and Schmincke, 1999), mientras que en los laterales de la isla, a media altitud, predomina la actividad efusiva (Klügel et al, 1999). Tenemos ejemplos como la erupción del Hoyo de la Caldereta y la de Puerto Naos (Quesada et al, 1998). En la zona superior de Cumbre Vieja hay otros restos de erupciones hidromagmáticas de elevada explosividad por el contacto del magma con acuíferos (San Martín, Montaña Negra y Hoyo Negro) y, a una cota inferior, el volcán San Antonio (Carracedo et al, 1996).

Fenómenos esperables durante una erupción en La Palma

-Caída de cenizas: Sería mayor en cantidad y afectaría a una mayor superficie en caso de erupciones explosivas. Las zonas afectadas dependerían de la dirección del  viento dominante a distintas alturas en el momento de la erupción y la cota a la que esté el centro de emisión. Esta circunstancia también está influenciada por el tiempo que dure la erupción, dada la variabilidad del tiempo en Canarias. No debe olvidarse, por ejemplo, que la erupción submarina de El Hierro duró cerca de 6 meses, tiempo suficiente para que la dirección de los vientos varíe considerablemente.  La caída de ceniza afectaría a carreteras, infraestructuras eléctricas y de telefonía, campos de cultivos y viviendas. En caso de cantidades importantes, deberían limpiarse los tejados para evitar su derrumbe por el peso, si bien esto solo es posible en las zonas que no hayan sido evacuadas.

-Emisión de coladas de lava: Tendría mayor efecto en caso de erupciones efusivas. Dadas las fuertes pendientes de La Palma, las coladas avanzan con gran rapidez y se encauzan de acuerdo a las características de la red hidrográfica. Podrían alcanzar largos recorridos de cumbre a costa en poco tiempo. Inutilizarían todo lo que encuentren en su recorrido y cortarían muchas vías de comunicación.  Podrían generar incendios forestales en los márgenes de las mismas.

-Lanzamiento de fragmentos y bombas volcánicas desde el cráter: Su tamaño y distancia de alcance están relacionados directamente con la explosividad de la erupción. En general es recomendable mantener una distancia de seguridad superior a 4 km y no confiarse si el volcán atraviesa una fase efusiva de baja explosividad, dado que esta podría cambiar en cualquier momento.

-Emisión de gases volcánicos: Las fisuras eruptivas emiten grandes cantidades de gases. Estarían muy condicionadas por los vientos reinantes a nivel del centro de emisión. Los seres vivos deben evitar exponerse a gases volcánicos por riesgo mortal de asfixia. Las muertes que tuvieron lugar en la erupción de la Palma de 1971 se debieron precisamente a la exposición de gases. No es recomendable situarse en un área que pueda quedar expuesta a la llegada de estos gases, por lo que hay que estar atentos a la dirección de los vientos.

-Flujos piroclásticos: Este tipo de fenómeno se produce en erupciones con alta explosividad. Sin embargo, un fenómeno parecido son los block-and-ash o coladas de rocas que pueden tener lugar sin que la erupción sea explosiva. Estos últimos se producen cuando hay un cambio brusco de la pendiente y una colada de lava se fractura (rompe en pedazos), que empiezan a rodar por la pendiente y a desgasificar bruscamente. Este fenómeno ya fue observado en la erupción del Teneguía y puso en riesgo las vidas del equipo de volcanólogos que realizaban un seguimiento de la misma. . También se constataron en la erupción de San Juan 1949.

-Derrumbes de ladera: En caso de sismicidad elevada o acumulaciones de materiales volcánicos en superficies inclinadas podrían darse derrumbes. Su magnitud nunca debería ser catastrófica, pero si lo suficientemente importante para destruir casas o infraestructuras. Es fundamental, por tanto, estar atento en las zonas de elevada pendiente. Si los derrumbes llegan al mar, podrían generar pequeños tsunamis, especialmente en las costas opuestas. Tal hecho ya se observó en el deslizamiento de una ladera en la isla italiana de Stromboli (2002). Dada la escasez de plataformas costeras en La Palma, el impacto de estos tsunamis se estimaría poco relevante.