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sábado, 20 de abril de 2024 00:00h.
Opiniones

Imaginando

Imagine que su familia posee un extensísimo patrimonio compuesto de múltiples negocios (hoteles, apartamentos, aeropuerto, navieras, pensiones, rent a car, servicios de guaguas, taxis, restaurantes, bares....). Imagine que además posee decenas de explotaciones ganaderas y agrícolas (viñedos y frutales diversos), miles de viviendas y casas de campo...

Imagine que su familia posee un extensísimo patrimonio compuesto de múltiples negocios (hoteles, apartamentos, aeropuerto, navieras, pensiones, rent a car, servicios de guaguas, taxis, restaurantes, bares....). Imagine que además posee decenas de explotaciones ganaderas y agrícolas (viñedos y frutales diversos), miles de viviendas y casas de campo... y por último la que es la joya de su patrimonio, un monte sin igual en el mundo, un monte en torno a la cual giran sus negocios turísticos, un bosque con especies vegetales únicas a nivel mundial, en el que ha gastado millones de euros durante más de medio siglo para preservar su conservación.

Imagine que al frente de la gestión de sus negocios tiene a un director general.

Imagine que un descerebrado falto de un mínimo criterio racional prende fuego en terrenos de su propiedad. Suponga que el director general moviliza todos los efectivos para controlarlo, incluyendo medios externos a su pertenencia. Tras dos días de lucha contra el fuego en la que su patrimonio ha sufrido cuantiosas pérdidas materiales y económicas, el director general, siguiendo el criterio de sus subordinados y de los técnicos, estima que el fuego podrá ser extinguido en su totalidad con los medios y efectivos propios, medida que motiva que los medios ajenos se retiren a sus lugares de origen.

Suponga que el director general, cómo máximo responsable, toma ésta decisión aún cuando los medios de comunicación anuncian cambios en la meteorología y todo apunta a un aumento de temperatura de hasta diez grados centígrados. Suponga que el director, tras felicitarse en los medios de comunicación por el trabajo realizado decide tomarse unos días de vacaciones, vacaciones que durante el incendio estaba disfrutando el coordinador especialista antiincendios que usted tiene en nómina, hecho este que contradice el que se le exija a su familia realizar un ingente esfuerzo económico extra para aumentar notablemente los efectivos y medios disponibles con motivo de la época estival.

Para que su imaginación no se agote, le pido un último esfuerzo.

El fuego se descontrola y pone en serio peligro la vida de sus familiares, considerando un hecho milagroso el que no sufran ningún daño físico. El incendio se perpetúa finalmente durante casi tres meses, 87 días, y calcina su monte sufriendo pérdidas económicas, medioambientales -y sentimentales- imposibles de cuantificar por la dimensión y el valor del patrimonio calcinado. Qué el fuego se descontrolara le supone a sus negocios empresariales pérdidas directas de decenas de millones de euros y una devaluación de su imagen en el panorama turístico internacional que durará años, quizás décadas en recuperar. Una reactivación del incendio que causa la muerte de miles de animales salvajes, de cientos de animales ganaderos, que calcina sus huertas de frutales desde la cumbre hasta la costa, que motiva que sus restaurantes estén cerrados durante varias semanas, que sus alojamientos vean como la ocupación disminuye por la cancelación de miles de reservas turísticas, que motiva que sus guaguas y taxis estén parados por la ausencia de turistas...

Ahora pregúntese: ¿Creería que hay algún responsable, además del incendiario, por las pérdidas económicas actuales y futuras?, ¿Y por el dolor emocional ocasionado?

¿Le pediría explicaciones a su director general?, ¿Le pediría explicaciones al resto de subordinados?

¿Los denunciaría por supuestas dejación de funciones?, ¿Los despediría?, ¿Si estuviese en su mano les renovaría el contrato?

Ya habrán deducido algunos de los personajes relatados: su patrimonio es la isla de La Gomera, su familia el pueblo de La Gomera... El resto de actores imagínelos, y mientras imagina recuerde que igual que los ha contratado está en su mano la decisión de despedirlos, y si apuestan por ello créanme si les digo que no hace falta esperar a la finalización del contrato.