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jueves, 28 de marzo de 2024 00:01h.

Por culpa de Rubalcaba

El sanguinario etarra De Juana Chaos está libre en Venezuela, con 25 asesinatos en su haber. El único culpable de su puesta en libertad en 2.008 fue Rubalcaba cuando era Ministro del Interior con Zapatero.

 El Gobierno estaba negociando con los terroristas (recordemos el chivatazo a ETA en el Bar Faisán, conocido por Rubalcaba, etc.) A raíz de su amago de huelga de hambre fue trasladado a un hospital donde siguió siendo alimentado por su novia a la que se le permitió su acceso hasta el mismo cuarto de baño del etarra con quien se duchaba. Pudimos verle paseando por los alrededores del hospital, en perfecto estado de salud, acompañado por su novia.

Un día, el ex-ministro puso en libertad a De Juana Chaos, y compareció ante la televisión para decir, textualmente, que había sido por razones humanitarias; pero Rubalcaba no aplicó su humanidad, entre otros casos, a dos presos en situación crítica: José Luís Sierra, y Miguel Montes. Ninguno de ellos con delitos de sangre.

El primero padecía alzheimer en grado avanzado, demencia severa, fallos graves de memoria, no conocía a su médico y confundía la ropa limpia con la sucia. Fue ingresado de urgencia en un hospital por deshidratación y descontrol de esfínteres. Su esposa había escrito cartas desesperadas a Instituciones Penitenciarias (que gobernaba Rubalcaba, “el humanitario”) sin respuestas, y el Defensor del Pueblo había solicitado el tercer grado, que se le negó varias veces, hasta que, al fin, se lo concedieron, tres años después que al asesino etarra.

El segundo, Miguel Montes, fue el preso más antiguo de España con unos 40 años en prisión; tenía hepatitis C, tuberculosis, se temía por su vida tras una huelga de hambre real (no como la fingida por el asesino) También se le negaba el tercer grado, hasta que se lo dieron cuatro años después que al terrorista. De Juana Chaos: el siniestro asesino.  Rubalcaba: el inhumano.

¿Cómo se puede explicar que Rubalcaba diera un trato de favor al terrorista por razones humanitarias que no existían, pero no lo hiciera por las mismas razones que sí existían en otros presos? Mintió para justificar una cesión a ETA en plenas negociaciones.

Rubalcaba, si verdaderamente sintió la necesidad de ofrecer una explicación, debió decir la verdad, es decir, que se hacía ese gesto a fin de demostrar la mejor voluntad para terminar con el terrorismo. El pueblo, aunque haya discrepancias, aprecia y acepta la verdad, pero desprecia siempre la mentira, y al mentiroso.

Hoy el Gobierno trata de pedir la extradición a Venezuela para que De Juana vuelva a prisión. No lo va a conseguir en un País que acoge y da empleo a los terroristas. Pero si mañana, Podemos, de Pablo Iglesias, tuviera suficiente poder para pedir esa extradición, De Juana volaría a España y sería recibido como un héroe por esta nueva Formación política. Y si no, al tiempo.