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viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

La batalla de Madrid

Hay quien se queja en estas tierras, de que sólo se hable de Madrid, pero para un periodista tan paniaguado y mediocre como Jorge Bethencourt, el tener a “Madriz hasta en la sopa”, bien merece un titular.

Hay quien se queja en estas tierras, de que sólo se hable de Madrid, pero para un periodista tan paniaguado y mediocre como Jorge Bethencourt, el tener a “Madriz hasta en la sopa”, bien merece un titular, pues si señor, tanto que usted no encuentra mejor tema que el de las elecciones en la capital, como para merecer un artículo de opinión.

Ya somos dos, y es que no le falta razón a Isabel Díaz Ayuso, en que lo que se está dilucidando estos días en Madrid, no son solo unas elecciones autonómicas más, es elegir entre Comunismo y Libertad. Sólo un ciego, como Alfonso F. Mañueco, presidente de la Comunidad Autónoma Castellano-Leonesa, no vería mas que unas elecciones autonómicas, porque efectivamente la deriva totalitaria que ha acompañado a el ascenso al poder de Pedro “cum Fraude”, Sánchez el Fraudillo, está llegando a límites insoportables. Hoy mismo, en el BOE de esta mañana, con la exposición de motivos a la reforma del artículo 315 apartado 3 de la Ley Orgánica 5/2021, de 22 de abril, del Código Penal, los juristas hemos visto con estupor como se utiliza torticeramente y de forma partidista, sesgada y sectaria una técnica legislativa para hacer de un preámbulo un panfleto infame, tendencioso y asqueroso, juzguen por ustedes mismos en los siguientes párrafos del texto publicado:

“…Con la crisis como oportunidad, desde la llegada al gobierno del Partido Popular en diciembre de 2011, se inició un proceso constante y sistemático de desmantelamiento de las libertades y especialmente de aquellas que afectan a la manifestación pública del desacuerdo con las políticas económicas del Gobierno.
La reforma laboral, que prácticamente excluyó la negociación colectiva de los trabajadores y que devaluó o directamente eliminó otros muchos de sus derechos,  no pareció suficiente y por ello se reforzaron, con ataques directos, todas las medidas que exteriorizaron el conflicto, utilizando la legislación en vigor, como la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección  de la seguridad ciudadana,  el artículo 315.3 del Código penal, en el corto plazo, para desplegar un entramado de leyes que asfixian la capacidad de reacción, protesta o resistencia de la ciudadanía y de las organizaciones sindicales, hacia las políticas del gobierno…”

En cuarenta años de ejercicio profesional del derecho, jamás había visto tanta desfachatez y desvergüenza en la redacción de un texto legal. Es decir, que para Sánchez y su banda, el PP inició un “proceso constante y sistemático de desmantelamiento de las libertades y especialmente de aquellas que afectan a la manifestación pública del desacuerdo con el gobierno…” Pedro, el mismo que reprobaba hace tiempo, y hasta hace pocas semanas primero al trío de Colón, después al dúo de Colón porque cientos de miles de españoles de bien, se manifestaron en la madrileña plaza contra la figura del “relator”,(negociador), con los golpistas, con los enemigos de España y del estado de Derecho.

Sánchez el que nos ha recortado los derechos de reunión, de manifestación, la libertad para viajar, etc, prorrogando un estado de Alarma, para ningunear no ya a la oposición, al Congreso, porque si no te gusta lo que hace el gobierno eres un facha. Pedro el que le niega al comisariado de transparencia los gastos en Whisky y bebidas caras del Falcon. Sánchez el que invita a sus amigos y familiares al coto de Doñana, pagados por todos los españoles, y sin dar cuentas del gasto público. Pedro y su banda que quiere nombrar los jueces del Consejo General del Poder Judicial y por lo que ha recibido el oportuno correctivo de las instituciones europeas.

Sánchez y su banda que ningunea al Congreso con un decretazo cada diez días en 2020, que no se sometía a sesiones de control del gobierno por las cámaras, etc. Pedro que mantiene de ministra a una reprobada Dolores Delgado para después emplearla de Fiscal General del Estado. Sánchez que mantiene a un reprobado por los tribunales, como el pequeño Marlasca, y junto con su banda podemita impide que se le repruebe en el Congreso. Pero no, es el PP el que recorta derechos y libertades. Vomitivo, como dice mi tocayo Francisco Javier Durán Suárez.

Si todas estas razones no fuesen suficientes para que se vea el advenimiento de una dictadura social-comunista como la que se está instaurando a base de dinero negro como el que pudo venir en las maletas de “Delcy la fea” y a la que ya se le ha devuelto el favor rescatando a la aerolínea Plus Ultra, además de siendo el último y a regañadientes en reconocer al presidente interino Guaidó, entonces es que hemos perdido definitivamente la chaveta. 

Por eso, tiene razón Isabel Díaz Ayuso, una política sin complejos, y por eso el sanchismo y el comunismo la odian tanto. Tanto, como mucha gente la adora en Madrid. Hacía mucho, muchísimo tiempo que no se veía una política de rompe y rasga como Isabel Díaz Ayuso, quizá solo seguida por Rocío Monasterio, pero la primera aventaja a la segunda en que puede presumir de gestión.

Y cuando se habla de gestión, hay quien habla de oídas porque son la voz de su amo de izquierdas, dado su sectarismo, ausencia de espíritu crítico y su analfabetismo funcional, y de esos en nuestra tierra hay unos cuantos ejemplares y hay quienes hablamos de lo que hemos visto y comprobado, que somos más bien pocos. Pues bien si algo le gusta criticar a las izquierdas, es lo que no existe, de los recortes en materia sanitaria de Madrid. Es rotundamente falso que ha habido recortes en sanidad durante la época de Esperanza Aguirre, y las cifras son estas, y no voy a mencionar sino las mas sobresalientes para no aburrir con datos económicos:

“Desde la recepción de las competencias en materia sanitaria, en 2002, que en gestión se corresponde prácticamente con la llegada Der Aguirre a la presidencia de la C.A.M. Así en su primera legislatura en Madrid, Aguirre invirtió fuertemente en las grandes infraestructuras: Educación, Servicios Sociales, Transporte y, sobre todo, en Sanidad. Es verdad que el exceso de ingresos podría haberse destinado a reducir deuda, pero con una población que había crecido un millón y medio en pocos años era imprescindible dotar de las infraestructuras adecuadas que permitiesen que no colapsasen los servicios públicos, y en esas circunstancias, mejor hacerlo en momentos de mayor desahogo económico.
En ese periodo que va desde 2003 a 2007, se llevó a cabo buena parte de la gran extensión de la sanidad madrileña: el esfuerzo presupuestario se incrementó en alrededor de 1.000 millones de euros. 

Los hospitales públicos pasaron de ser 25, al ser transferidas las competencias de Sanidad, a 33, el número de recetas aumentó en casi 12,5 millones, las consultas de atención especializada aumentaron en un millón y los profesionales sanitarios colegiados se incrementaron en casi 9000.

No obstante, y pese a entrar en 2007 en la anterior crisis, Madrid eliminó gastos superfluos y centró todo su esfuerzo presupuestario en Sanidad: mientras el presupuesto total descendía, el porcentaje del peso de Sanidad sobre el total aumentaba. Así si en 2007, al inicio de la crisis, el peso de la sanidad sobre todo el presupuesto madrileño era del 40,1%, al finalizar la misma, en 2015, se había elevado hasta el 48,9%.

Es más, desde 2007 hasta el último ejercicio ejecutado, 2019, el presupuesto sanitario de la Comunidad de Madrid se ha elevado en 2.366 millones de euros.Eso demuestra que, pese a la dura crisis económica que España atravesó entre 2007 y 2015, el gasto sanitario siempre fue prioritario. Sí en 2007 había ocho nuevos hospitales, en 2015, -ya en el mandato de Ignacio González-llegaron a ser doce los hospitales nuevos abiertos por Madrid. Esos doce nuevos hospitales son los que han hecho posible que, pese al colapso provocado por el coronavirus, pueda haberse atendido adecuadamente a los pacientes hasta que llegase el refuerzo  del hospital de campaña instalado en Ifema.

Son doce hospitales que han salvado, salvan y salvarán muchas vidas. De la misma manera, en todo el periodo de la era Aguirre, que después continuó Ignacio González, aumentó el numero de médicos, era de 3300, desmintiendo otra de las falsedades esgrimidas por quienes quieren tapar incompetencias propias o de sus allegados políticos…

Además, la red asistencial sanitaria aumentó  en noventa sus centros de salud, reforzando así los centros de atención primaria y especializada…Sí analizamos el número de médicos en establecimientos sanitarios con régimen de internado, vemos como evolucionan desde 10.393 en 1995 hasta 20.858 en 2015, al final de la crisis.

Y si comparamos 2010 con la actualidad, podemos observar cómo se ha incrementado el personal sanitario desde entonces, contrariamente a lo que dice la izquierda. Madrid, ya con Ignacio González de presidente de la C.A.M y dentro del proyecto de Aguirre, inició una reforma sanitaria en 2013. Esa reforma, que impulsó la comunidad de Madrid, paralizada políticamente aprovechando un defecto de forma que se iba a subsanar, tenía su base en una búsqueda de la mejora de eficiencia para lograr unos ahorros de costes que permitían mantener la misma prestación de servicios, a la misma población y sin que los pacientes tuviesen que pagar nada por recibir dichos servicios.

Y esa decisión la pudo tomar la Consejería de Sanidad con fundamento, porque en la Comunidad de Madrid se contaba con dos modelos de gestión: el público directo y la externalización del servicio, todo ello manteniendo el servicio público y la financiación pública. En definitiva, lo que se pretendía era ahorrar fondos a los ciudadanos, que financian la Sanidad y otros servicios con sus impuestos, sin disminuir en nada ni la calidad, ni la cantidad de prestaciones sanitarias, para poder emplearlos en incrementar los servicios sanitarios. Es decir, se trata de hacer más con los mismos recursos, de ser más eficientes para poder prestar mas servicios. No eran recortes ni privatización, como siempre repite el mantra de la izquierda. Se trataba, en definitiva, de garantizar y mejorar la sostenibilidad del sistema Sanitario, de la excelente sanidad madrileña de la que gozan los ciudadanos, de asegurar que se iba a poder seguir prestando en el futuro…

Y a nivel nacional, también es falso que el PP recortase la sanidad, sino que la mejoró. Cuando la sanidad se recorta es en el mandato de Rodríguez Zapatero. Entonces el gasto sanitario pasó de 73.081 millones de euros en 2009 a 71.667 millones en 2011, es decir 1.414 millones menos. Sin embargo en 2018, el gasto sanitario era de 75.435 millones de euros, 3.768 millones de euros más que en 2011.

No, Aguirre no recortó la sanidad, y el PP tampoco, sino que se consiguió que la sanidad madrileña se situase entre las mejores del mundo y se recuperó del gasto sanitario a nivel nacional. No se recortó el número de médicos, sino que se aumentó. No se recortó el número de hospitales en Madrid, sino que se construyeron uno por año de mandato de las legislaturas 2003 a 2015. Se amplió la sanidad, se modernizó, se extendió. La situación ha sido dramática en nuestra crisis del coronavirus, pero sin aquel aquel impulso dado por Esperanza Aguirre en Madrid y sin haber recuperado la inversión a nivel nacional entre 2011 y 2018, bajo los gobiernos del PP, sería mucho peor. El mantra de la izquierda continuará, pero los datos que demuestran lo contrario son claros y están ahí. 

¿Y que decir de la gestión de Isabel Díaz Ayuso?. Un hospital de campaña, el de  Ifema en tiempo récord, para después en cuatro meses abrir un hospital de pandemias, el enfermera Isabel Zendal que ha salvado a muchas miles de personas, investigado en el virus y vacunado a otros miles. Eso es gestionar, dar trigo y lo de los demás predicar mentiras.

Frente a las cifras que les he relatado que pueden consultarse en “Libre Mercado” en los artículos del prestigioso economista José María Rotellar, les quiero contar por último dos experiencias sobre la sanidad madrileña: una vivida casi en propia carne y otra en las carnes del padre de un amigo.

Sabido es que viajo a Madrid con mucha frecuencia por motivos personales. Pues bien, en uno de estos viajes, una noche de domingo, anterior al vuelo de regreso a Tenerife, un ruido muy fuerte me sacó de la cama. Al ir a la cocina del apartamento de mi novia, observé como grandes cantidades de agua salían de la bomba de la calefacción. Dada mi ignorancia isleña en el funcionamiento de calderas de calefacción, desperté a mi novia para intentar que cesase tanto el ruido como la fuga de agua.

Ella y yo, ella aún medio dormida y descalzos ambos, procedimos a cerrar la llave de paso y comenzar a recoger y secar el agua vertida en el suelo, con la mala suerte de que ella resbaló y se golpeó con el borde de un armario de cocina que le abrió una brecha en la cabeza por la que empezó a sangrar abundantemente.

Después de unos primeros auxilios, le rogué que fuésemos a un hospital, pues me preocupaba que pudiese tener daños internos. Pese a que se mostró reacia a hacerlo, acabamos tomando un taxi que nos llevó a su hospital de referencia, esto es la fundación Jimenez Díaz, de titularidad privada, (Quirón Salud), pero que mantiene concierto con el Servicio Madrileño de la Salud.

Nada más llegar el servicio de admisión atendieron a María, y a mí se me dijo que esperase en una sala de espera. Pues bien, la espera fue de 57 minutos contados por mi reloj. En ese tiempo, se le valoró y diagnosticó el traumatismo craneo-encefálico, se le practicaron pruebas de orientación, radiografías, se le cosió la herida con puntos de sutura y mediante pruebas complementarias se comprobó que no tenía daños internos.

Yo no salía de mi asombro ante tan rápido, eficaz y amable trato. Yo que había visto morir a mi madre en marzo de 2011, en un pasillo de urgencias del complejo hospitalario Nuestra Sra. de la Candelaria, después de haber sido operada la noche anterior y esperando porque le diesen cama, y sin que en toda aquella locura de ir y venir de sanitarios y pacientes hubiese nadie para atenderla en sus ultimas horas. Yo, que he esperado horas por fuera de una consulta de atención primaria, y también de atención especializada del Servicio Canario de Salud. Comprenderán ahora porque yo estaba asombrado ante un servicio de asistencia sanitaria, como no debe haber ninguno en toda España.

Y aún les contaré el caso del padre de mi amigo y paisano de Agulo, Jonás Martín Magdalena. Al señor Martín, le diagnosticaron en el Servicio Canario de Salud un cáncer. Como quiera que la lista de espera para operarse iba para tres años, el buen hombre, desesperado, se presentó al cabo de un tiempo en un centro de salud de Madrid, y después de confirmar el diagnostico del tumor, le dijeron que tenía que operarse cuanto antes. Volvió a Tenerife y le llamaron del Servicio Madrileño de Salud al cabo de veintiún días para que acudiese a operarse. Le intervinieron quirúrgicamente, y le dieron la factura de los gastos para que los abonase el Servicio Canario de la Salud. Y ahora díganme ustedes cómo Madrid recauda más con menos impuestos, y la respuesta es: gastando menos y mejor y con buenos gestores. 

Isabel Díaz Ayuso pese a toda la guerra sucia que le ha hecho el gobierno de la nación ha gestionado esta crisis sanitaria con valentía y sobre todo con cabeza, y por eso el tiempo le ha dado la razón. Mientras los inútiles de Illa, Simón y Sánchez criticaban todas y cada una de las medidas que después acababan adoptando, eso sí, sin decir de dónde provenían: mascarillas, hospital de pandemias, cierre de la terminal internacional de Barajas, etc, etc, etc.

Pero mientras unos se dedican a dar trigo, a aportar soluciones, otros se dedican a criticar a quién trabaja, mientras ellos hacen propaganda. Mientras unas construyen hospitales, y piden que se les deje comprar vacunas y vacunar a la población , otros compran test fallidos en baratillos chinos. Mientras unos se ponen a ayudar, otros se van de surf a Portugal. Mientras unos se ponen el mono de trabajo, otros se van en Falcon a hacer el ridículo fuera. Mientras unas apoyan a la hostelería, otros tratan de asfixiarla. Mientras unos se llenan la boca de ayudas, y mienten diciendo que en lo mas duro de la crisis sanitaria dieron ordenes a la UME, que se han demostrado falsas, otras sufrieron el coronavirus en propia carne y no por ir a manifestaciones feministas el fatídico ocho de marzo de 2020.

Por eso, porque obras son amores y no buenas razones y porque este gobierno dictatorial y cercenador de libertades merece caer, y no sólo caer, sino ser juzgado por los crímenes que por acción y omisión han perpetrado durante todo este tiempo. Que ustedes lo vean y yo también. Habrá vencido la democracia y la libertad y desaparecerá el chavismo asesino y corrupto.