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sábado, 20 de abril de 2024 00:00h.

¡Féliz Sanchidad! y otras consideraciones como la sentencia del TJUE

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Me hubiera gustado poder hacer en estas fechas un artículo más amable y que rezumase optimismo, pero el devenir de los acontecimientos diarios no me lo permite. 

Vivimos en una época vertiginosa , en este siglo XXI donde prima la inmediatez del consumo exacerbado, como ayer denunciaba con razón mi amigo Óscar Mendoza, en su columna vecina. El consumo en sí, no tiene nada de malo, para un liberal el consumo tiene que coexistir junto con la producción de mercancías y por supuesto el ahorro. Ninguna de estas tres variables es posible por si sola, si bien es cierto que la desmesura es lo que preside estas fiestas, y por extensión la vida de nuestra sociedad actual, bastante alienada, por cierto.

La inmediatez la observamos hasta en los medios de comunicación, revolucionados ya hace algunos años con la aparición de medios virtuales. Sí en el Siglo XX, ese del cambalache al que cantaba el famoso tango de Enrique Santos Discepolo, se caracterizaba por la frase de que los periódicos de hoy, servían para envolver el pescado mañana, las noticias virtuales de hoy en el siglo XXI, se encuentran atrasadas al cabo de una horas.

Estamos en la vorágine de un fin  de fiesta, que nos impulsa a tomar la última copa a toda prisa, como si fuésemos a perder la vida, que es lo que un poco ocurre cuando nos vamos a dormir. Recuerdo a mi madre siempre abroncandome cuando dormía mucho en verano, que siempre decía “dormir es morir”. Y la verdad es que vivimos en un siglo insomne, al que cantaba el gran “ojos azules” Sinatra en esa New York, New York, que nunca dormía.

Lo de ¡Féliz Sanchidad!, venía a cuento por lo de la inmediatez que caracteriza al no gobierno o desgobierno del “okupa” de La Moncloa. Esa interinidad con la que ocupa un cargo, que desde luego no es solo que le venga grande, es que ser Presidente de una Comunidad de vecinos, ya le bastaría y seguramente ya le valdría para seguir siendo un desastre como gestor de los dineros de ajenos. Pero en eso, ni es el único, ni es una excepción al dicho de que la ignorancia es atrevida.

Sánchez ha hecho de la osadía un relato. Un relato en el que ni siquiera cree todo el PSOE, porque como se ha dicho,este último partido responde a las siglas de Pedro Sánchez O Eso. Fiel a la dinámica partidista de España, donde la democracia interna de los partidos existe sólo y nada más, y nada menos que en la Constitución, en su artículo seis, creo recordar.

Bueno, pues Sánchez ha llegado mas allá en su osadía y ya no es que el interés general de España le importe, (que a los partidos, nada les ha importado hasta hoy), sino que Sánchez ya ni siquiera va por el interés del partido por el que dicen que se presenta a las elecciones. A Sánchez sólo le importa Sánchez y en el mejor de los casos su mujer Begoña.

La crisis de valores y principios que padecíamos desde hace  mucho tiempo ha llegado a su descomposición total, y esa podredumbre moral no la representa mejor nadie que no fuese Sánchez.  Mi amigo y columnista de Gomera Actualidad, Óscar Mendoza, gusta de citar al gran Oscar Wilde,(el irlandés que en aquellos tiempos no era irlandés, sino ciudadano del Imperio Británico y que sin embargo estaba tan imbricado en la Inglaterra Victoriana).Una época de mucho esplendor y de mucha miseria moral, la misma que pinta con colores de belleza y decadencia en su “Retrato de Dorian Gray”.

Sánchez es el Dorian Gray de pandereta y palmeros de la sociedad española actual. Y en ello está, en romper el cuadro-mapa de España. Sánchez o la nada, o Yo o el abismo, pero es que el abismo es Sánchez en si mismo, un personaje arriscado, pagado de si mismo hasta el narcisismo, pagador y deudor de si mismo que ha hecho del disfraz de la mentira un relato. Sí creíamos que no podíamos caer mas bajo después de Zapatero y Rajoy, Sánchez les ha hecho, no ya buenos, que eso es imposible, sino menos malos.    


Sí Sánchez fuese alguien, le dedicaría más párrafos, pero un personaje tan falto de escrúpulos, de dignidad personal, de principios,  no merece más que un desprecio infinito, el mismo desprecio con el que él trata al pueblo español, a sus ciudadanos, a su territorio y a sus mismos símbolos patrios histórico-culturales, como esa bandera tan grande en la que se envolvió una vez. Casi tan grande como la de la Plaza de Colón de Madrid..             .

¿Y Bruselas? ¿Qué pasa con Bruselas?. Ahora todo el mundo desprecia a la UE, a sus tribunales, pero como titulaba en su artículo de ayer en “Vox Populi” el gran Jesús Cacho, la derrota no vendrá de Luxemburgo, sino de Madrid.

Y acierta, porque el Tribunal de Justicia Europea, se ha pronunciado sobre una cuestión de inmunidad, no sobre una cuestión de impunidad, tal y como quieren los golpistas sediciosos, y rebeldes catalanes  porque por mucho que Marchena quisiese blanquear el delito, por mucho que en el colmo de la desfachatez unánime de la sala de lo penal del Tribunal Supremo sentenciase, lo que se vivió en aquellos días de otoño de 2017, no fué una ensoñación, fué un golpe de estado con toda la premeditación y alevosía que puede encontrarse en el mas ruin de los delitos del Código Penal. Y muchos se preguntan, primero porque Marchena y Cia ya que habían condenado a los rebeldes, no solo a unas penas tan “light”, sino además que cumpliesen condena con todos los beneficios penitenciarios de reducción de penas.

Pues sencillamente, porque Marchena y Cia, saben a quien les deben su puesto, y de quienes deben ser “agradaores”. Marchena y Cia nos engañaron. Muchos teníamos una luz de esperanza de que por fin en España se empezase a condenar a los delincuentes, pero Marchena y Cía, quisieron ponérselo a huevo, a los golpistas, y  sus cómplices políticos, (entre los cuales están Pedro Sánchez O Eso y su próximo socio de gobierno, esa repugnante mugre de bolivarianos, que sí no hubiese sido por Sánchez, llevaba camino de desaparecer del panorama político español).

Y esa Sentencia del TJUE, que es de obligado cumplimiento por nuestra legislación nacional, viene precedida de otras que sin ser de obligado cumplimiento los gobiernos de España ejecutaron y ahí está la vergonzosa doctrina Parot, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a la que muchos se han acogido   para acciones tan repugnantes como la que protagonizó el cobarde Rajoy al soltar a Bolinaga, el terrorista y secuestrador de un funcionario ejemplar como era Ortega Lara. Pero otra pregunta a Marchena y Cía, es la de:

¿Que necesidad había de plantear la cuestión prejudicial al TJUE?

La respuesta ni está en el viento, ni está en la Tramuntana, la respuesta está en el derecho al que Marchena y Cía, desprecian olímpicamente, porque para ellos el Derecho con mayúsculas es “su” derecho a un puesto en la presidencia del T.S o de una Sala del Tribunal de Justicia de las CC.AA; porque ellos saben mejor que nadie que todo hombre tiene un precio, y a eso juegan desde las instituciones, desde la justicia, desde, para y por el Gobierno, del que son fieles palmeros, y “has estaó cumbre, maestro”.

Me dan mucha pena estos jueces venales, porque sé que los hay buenos y meritorios, los hay sobradamente preparados, pero como me dijo una de ellos muy cercano a mí: “No, no llegaré nunca al Supremo, porqué está todo muy politizado”. Y en ello estamos, no en despolitizar, no en hacer una justicia independiente, no en blindar a nuestro estado de Derecho, sino en blindar a los delincuentes, para que sigan delinquiendo. Y como le decía a Óscar Mendoza hace unos días, cada vez que se dicta una sentencia injusta, muere un poco el Estado de Derecho.

Pues sí, ahora que la Sentencia de la inmunidad de Junqueras llega tarde, no llega tarde para Puigdemont. Si ese chiflado con pelo de fregona, y pretensiones Napoleonicas con menos luces que un coche con todos los faros fundidos, se le ocurriese recoger su acreditación en España, ¡Espérense hasta que no venga disfrazado!, a este carnaval en que se ha convertido la política española, pero la pregunta es: ¿Dará la orden de detención Marlaska, o estará comiéndose una hamburguesa de diseño en el ¡Válgame Dios! de Chueca, mientras la fregona intenta meterse en el cubo?

¿Se atreverá Sánchez, para asegurar su investidura a decirle a Marlaska que no le detenga? Porque como dije antes no es inmunidad,es impunidad ante el delito, y cuando se trate de delincuentes y su relación con la política espérense siempre lo peor. Y ahora sí y de verdad. ¡Féliz Navidad!