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sábado, 20 de abril de 2024 00:00h.

Esto es una historia personal y no pretende ser otra cosa

En estos tiempos, donde todos estamos pendientes de los fallos de los demás para hacerlos resaltar y quedar siempre por encima de otro, se nos ha olvidado que todos somos humanos, que todos cometemos fallos.

En estas fechas navideñas, donde nuestro espíritu solidario sale a relucir, debemos acordarnos de aquellos que nos han ayudado y apoyado en nuestras épocas más difíciles y en esas situaciones en las que una mano amiga y comprensiva es lo que realmente necesitamos para salir del bache.

Dice el dicho popular que de bien nacidos es ser agradecido, y eso es lo que humildemente pretendo con estas letras que ahora estoy escribiendo.

Cuando me diagnosticaron la Fibromialgia mi mundo cambio por completo, casi nada de lo anterior volvió a ser lo mismo en mi vida; cambie lo imaginable y lo inimaginable para poder sobrevivir a una enfermedad que te come y aunque tu no te dejes ganar, ella siempre va un paso por delante y te gana la batalla, pero no ganará la guerra.  A continuación, la vida me sorprendió nuevamente con otra enfermedad, mas desconocida todavía, la Sensibilidad Química Múltiple, a la que también tuve que plantarle cara.

En estos momentos de mi vida quiero agradecer sinceramente la ayuda prestada por todas aquellas personas que me han apoyado, ayudado y comprendido cuando las cosas se pusieron feas; mis amigos y amigas de toda la vida me extendieron una mano sin pensarlo, y como se suele decir que de la desgracia también sale algo bueno, he conocido gente que ahora está a mi lado incondicionalmente.

Tienen todo mi cariño  y agradecimiento, así como un lugar privilegiado en mi corazón y en el de mi familia.  Mi familia es a quienes debo el ser lo que soy ahora, desde el primer momento me apoyaron, hemos pasado momentos muy amargos pero la vida nos ha llevado por una senda de amor y respeto; nunca podré agradecerles el amor que me han demostrado mi marido y mis hijas, ellos han sido mi mayor punto de apoyo. Gracias.

Al margen del lado personal, hay personas que también han estado a mi lado y a las cuales quiero agradecer especialmente su apoyo profesional, me estoy refiriendo a aquellos profesionales, excelentes todos, que me han seguido a lo largo del camino y aunque yo casi me rendía ellos no. 

En el Centro de Salud de Hermigua, los Médicos de Familia han sido y son mi mejor ayuda desde que estas enfermedades me escogieron.  No existen palabras en el mundo para el agradecimiento que siento por ellos, han sido los que, aun sin conocer la Fibromialgia y la Sensibilidad Química o con pocos conocimientos, se interesaron por mí y aprendimos juntos en que consistían; ellos me enseñaron a mí y yo a ellos, siempre estuvieron a mi lado y me entendieron.  

No me olvido del resto del personal sanitario y auxiliar del citado Centro de Salud, también en todos ellos he encontrado una mano amiga cuando la he necesitado.

Quiero hacer una mención especial de mis Doctoras del CIMA de Barcelona, al que acudo con cierta periodicidad, y que me ayudan diariamente gracias a las nuevas tecnologías. Son profesionales con letras mayúsculas, acudí  a ellas en un momento en que casi me había rendido y me sacaron a flote, como siguen haciéndolo en la actualidad.  Sus cuidados y orientaciones hacen que mi vida haya dado un giro completo, las enfermedades siguen ahí pero día a día todos juntos les plantamos cara.

GRACIAS.

M Delgado Rivera