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sábado, 20 de abril de 2024 11:25h.

Pisoteando la memoria de un pueblo

La pasada noche ha sido arrancada la cabeza del busto de Pedro García Cabrera del Jardín en la rotonda

Por Haridian Marichal.- "Después de tantos días de fiesta y buenas vibraciones en la isla, empezar con la noticia de que no está el busto de Pedro García Cabrera donde debería estar, no es muy agradable"

Parece que para alguien o para algunos ha resultado una experiencia totalmente gratificante y “cultural” quitar de su sitio el homenaje que desde hace más de veinte años se encuentra en Vallehermoso, nada más llegar al centro del pueblo.

De la obra tan sólo queda la base y la placa con su nombre (y gracias); la cabeza del artista aparecía entre unos escombros. De ahí que los titulares que se repiten desde este lunes en los medios hablen de una decapitación. Pues sí, han decapitado, amordazado y pisoteado todo un incono en la historia del pueblo y La Gomera.

Pero, además, se trata de un atentado contra el patrimonio en toda regla, un ataque gratuito al mundo de la literatura, la cultura y la política. Por suerte, esta es una tierra de la que han salido destacados y reconocidos personajes que han contribuido a escribir nuestra historia. Unos lo han hecho de una manera, otros de otra; bien, mal o regular.

Pero, sin duda, Pedro García Cabrera no sólo es hoy el nombre del Instituto y de la Casa de la Cultura del pueblo; el fue y será un artista reconocido por crear obras de enorme valor, donde esta isla y el archipiélago están presentes, así como la libertad, la rebeldía, el amor.

En definitiva, por escribir, vivir y desarrollar una faceta política en una época revuelta y compleja.

Y estemos de acuerdo o no con lo que hizo, pensó y desarrolló, su actividad es parte de los libros y de la idiosincrasia del pueblo. Su legado intelectual y artístico no ha de molestar, tampoco un busto que se encuentra en un jardín. Es más, debe continuar en su sitio, al igual que sus obras entre nuestras manos. Cierto es que a los gomeros nos asombra vivir estos episodios de vandalismo.

No son parte del día a día, por fortuna. Sin embargo, verlo y padecerlo no es fácil. Más aún cuando acciones como estas no sólo reflejan ignorancia o aburrimiento, sino falta de amor por esta tierra y por la cultura. Siento dolor como pantanera y vergüenza porque Vallehermoso sea noticia por semejante salvajada.

Haridian Marichal es Licenciada en Ciencias de la Información (Periodismo)