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viernes, 19 de abril de 2024 01:05h.

El silbo de los pastores, entre lo convencional y lo articulado

silbo
"Una vez terminada nuestra demostración, que, por cierto, fueron ellos quienes propusieron algún mensaje, nos dijeron, con cara de  asombro, esto sí es una comunicación silbada. Nosotros  somos incapaces de hacerlo. Lo nuestro era avisarnos de algo y poco más" 

Antes de proporcionar una definición del silbo convencional que usan los pastores, me gustaría, 

primeramente, comentarles mis experiencias con pastores que me decían que se comunicaban con los demás pastores a través de silbidos. 

En una demostración de silbo gomero que hice en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad de Huelva, me encontré con dos pastores que me dijeron que ellos también se comunicaban a través de silbidos con los demás pastores. 

Después de ellos decirme cómo se comunicaban, les dije que esperasen a ver cómo nos comunicábamos nosotros y luego haríamos una comparación. Una vez terminada nuestra demostración, que, por cierto, fueron ellos quienes propusieron algún mensaje, nos dijeron, con cara de asombro, esto sí es una comunicación silbada. Nosotros somos incapaces de hacerlo. Lo nuestro era avisarnos de algo y poco más. 

En otra ocasión, en un viaje que hice a la ciudad de Agadir (Marruecos), para llevar a cabo un estudio sobre el lenguaje silbado en el medio Atlas, viaje donde los coordinadores de dicho proyecto fueron el profesor de la ULL Marcial Morera, y el profesor de la Universidad de Agadir Ahmed Sabir, entrevistamos a varios antiguos pastores de Auloz, Imseguinn e Ifrane, los antiguos pastores de Auloz nos dijeron que ellos sabían silbar y se comunicaban con otros pastores, pero nunca una conversación; solo silbos de aviso.  

Entre los antiguos pastores de Inseguinn, hubo uno muy gracioso. A la pregunta de si él se comunicaba con alguien, nos dijo que con su mujer. Le dijimos que nos hiciera una demostración de cómo lo hacía, y nos dijo que él silbaba a su mujer, su mujer salía de su casa y le hacía señas de lo que necesitaba. Le hicimos nosotros una demostración de cómo nos comunicábamos en La Gomera, y fue tal su sorpresa que nos dijo: “¿si ustedes se entienden así, entonces se entenderán con los pájaros?”. 

Entre los pastores de Ifrane, hubo uno que se dedicaba a llevar el ganado de varios señores a pastar a la montaña y al regreso le dejaba el ganado a cada uno de sus dueños. Este pastor nos comentó que no sabía su edad. Cuando nos oyó a nosotros cómo nos comunicábamos a través del silbo, puso cara de admiración y de asombro, y dijo: “cómo me gustaría a mí hacerlo así, pero nosotros aquí sólo era para dar avisos”. 

En otra ocasión, haciendo una demostración en Gáldar, (Gran Canaria), en el barrio de Caideros, donde se hace una feria de la lana, después de hacer la demostración, coincidí con un pastor que sabía silbar y que él a través del silbo reunía su ganado y que a veces avisaba a otros pastores, para seguidamente decirme: “cómo podría yo aprender a silbar como ustedes”.

Hace poco tiempo me encontré en la isla de El Hierro con un camionero y un agricultor, de edades avanzadas. El primero me dice que allí él nunca oyó una comunicación silbada, y el segundo me dice que él si oyó silbar, pero nunca ninguna conversación como hacen los gomeros. 

Podría ponerle más situaciones de estas, pero creo que con esto podemos ver cómo es el silbo de los pastores, que a continuación voy a definir.  

Un silbo convencional es un silbo no articulado, que sólo se utiliza para dar avisos, nunca para mantener una conversación silbada., y rara vez, para algún pequeño mensaje previamente convenido o pactado. 

El silbo de los pastores es de esta naturaleza, un silbo convencional, que no tiene carácter lingüístico, se utiliza sólo para dar avisos, y donde rara vez se dan mensajes cortos, previamente pactados o convenidos. 

Ramón Trujillo, en su libro “EL SILBO GOMERO, análisis lingüístico”, de 1978, en la página 5, nos dice “La Gomera es, sin duda, una de las más hermosas islas de nuestro archipiélago canario. Es, además, la única que conserva una costumbre prehispánica verdaderamente singular, casi única en el mundo: un lenguaje articulado, ...”. 

Trujillo también es el primer investigador que ha estudiado el silbo gomero, con una metodología científica. En su estudio “Algunos materiales para un acercamiento inicial al silbo gomero”, en el apartado 1.3.- Naturaleza lingüística de la comunicación silbada, nos habla de las características del silbo convencional. 

“Para comprender las claves de la comunicación silbada deben de tenerse en cuenta algunos hechos fundamentales. En primer lugar, es posible usar la «capacidad normal» de silbar cualquier tipo de comunicación convencional, sin que pueda hablarse, en tales casos, de verdadero lenguaje, Ahí está sin más, el uso cotidiano, de los silbidos que usamos para llamar a alguien; para hacer alguna advertencia, o, incluso, previa una convención particular cualquiera, para transmitir mensajes alternativos o diferentes. Estos usos «normales» del silbido no tienen carácter lingüístico, ya que no sólo no obedecen a un código social, comprensible para todos los miembros de una comunidad dada, sino que no poseen tampoco ninguna de las características técnicas de los lenguajes naturales. Por eso podemos hablar de una comunicación silbada «no idiomática» en oposición a otros tipos de comunicación silbada «idiomática»”. 

En este párrafo, Trujillo nos dice bien claro la diferencia que hay entre un silbo convencional, como el usado por los pastores, y uno articulado. Por otra parte, aclara que el llamar a alguien con el silbo para hacer una advertencia, o incluso para transmitir mensajes acordados, estos silbidos no tienen carácter lingüístico. 

En la bibliografía sobre el silbo en Canarias, hay varias publicaciones que hacen referencia al uso del silbo por pastores de la isla de El Hierro. Este silbo se asemeja más a un silbo convencional que a un lenguaje silbado articulado, como veremos a continuación. 

Ramón Trujillo hace una referencia al silbo usado por los pastores en el video, publicado por la Consejería de Educación en 1995, donde habla del silbo gomero y del silbo en otros lugares del mundo y, en el minuto diez de dicho video, habla del silbo que él encontró en El Hierro en estos términos: “En El Hierro he oído silbar, incluso tengo

grabaciones, pero no se trataría de un silbido de doble articulación. Se trataría de silbos convencionales”. 

Maximiano Trapero estudió las manifestaciones silbadas en El Hierro y en el año 1989 realizó una serie de grabaciones. Podemos oír parte de estas grabaciones en un archivo sonoro de título “Silbo” de literatura oral de Canarias de la Memoria Digital de Canarias, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 

Para este trabajo, el profesor Trapero se valió de las siguientes personas: Eloy, Fernando, Severino, Domingo y Manuel de El Pinar y Frontera. 

Como maestro y estudioso del lenguaje silbado, digo que en este documento sonoro se expone con toda claridad lo que dicen los entrevistados. Dice Trapero que se comunican con silbos y pone ejemplos de ello. Por algunas de las explicaciones que dan los silbadores podemos suponer que se trata de silbo entre lo convencional y lo articulado, ya que el número de palabras textuales que dicen el profesor Maximiano Trapero y los entrevistados es reducido. Comentamos algunas de las conversaciones grabadas: 

El profesor Trapero le dijo a Domingo que dijera: “Eloy está en la montaña” y Domingo no dice eso, lo que dice es: “Eloy anda p´abajo”.  

Domingo dice “anda p´abajo”, porque la frase propuesta para él es muy difícil de decir, puesto que ellos utilizan el silbo para mensajes muy cortos y previamente pactados. 

Por lo tanto, ya empezamos a ver que este silbador, no es capaz de decir bien lo solicitado, sino que dijo el mensaje que conocía y, que más se acercara a los solicitado. 

A la pregunta del profesor Trapero: “¿Con el silbo se puede decir cualquier cosa?”, Domingo responde “Cualquier cosa, hay algunas mejores de explicar que otras, ejemplo: Juan; Pedro Wiliam es difícil de decir, es un poco más complicado”. 

Dice que se puede decir cualquier cosa, pero luego habla de decir nombres. 

A la pregunta del profesor Trapero “si algún silbador que lo estuviera oyendo silbar, ¿le entendería?” Domingo responde: “Hoy no me hubiese entendido, pero antes sí”. 

Con esta frase, ya nos da a entender claramente que el silbo usado por los pastores herreños en aquel momento, 1989, no se utilizaba en esa isla. 

En otra parte de la conversación, Domingo dice: “si yo estuviera hablando con uno y me dice, no te entiendo, se queda satisfecho de que no lo entendió, si él te contesta y dice sí, bien entonces lo entendió.” 

Con esto, Domingo está demostrando que su silbo constaba de mensajes silbados cuyo significado ya estaba convenido.  

Mas adelante dice Domingo: “Hay cosas que si el silbo es largo no le entendemos”. Es decir, que si la conversación silbada es larga no la entienden. Como en general usaban mensajes cortos y previamente convenidos, si los mensajes eran largos no los entendían. 

A la pregunta de Trapero “¿Podría silbar las vocales?”, responde “yo no sé si ahora mismo las diría”.

Ya no podía silbar las vocales, parece no podría articular mensajes nuevos.  

Posteriormente, Trapero le solicita que “silbe mesa”, a lo que Domingo responde: “el decir mesa solo es más malo que decir echa esa mesa p´a bajo”. 

Cuando trata de decir una solo palabra de los mensajes, le parece más difícil, ya que tendría que articularla independientemente. 

En el archivo sonoro también se incluyen conversaciones entre Domingo y Manuel.  

El profesor Trapero le pide a Domingo: “Puede decirle a Manuel ¿A qué lugar vamos a ir?”. Domingo responde: “No eso no se puede silbar, cosas largas no”. 

De lo que se deduce que lo que ellos silbaban eran órdenes ya conocidas y que, desde que se salieran de ellas, ya no se entendían. 

En un parte de la grabación Domingo habla de que un gomero hizo una conversación de una venta de una vaca y dijo “en cuánto la vendes”, etc., y dice: “eso nosotros no lo hacemos”.  

Cuando Trapero le pregunta: “¿No puede decir qué día es hoy?”, Domingo responde: “Esas cosas no”. 

También Domingo dice: “Nosotros silbamos Vamos, Ven acá, Date prisa”. El profesor Trapero: “Podrías decir cuántas ovejas tienes”. 

Domingo: “Tampoco porque él nunca lo ha hecho”. 

Parece que lo que silbaban eran pequeñas órdenes, y como dicen ellos predecibles. Severino, otro silbador herreño, que sostiene todo lo que dice Domingo. 

Cuando se trata de si han oído conversaciones silbadas, Domingo responde: “No he oído hablar a nadie por el silbo”. También dice: “Yo tengo 50 años he visto pastores viejos silbarse, pero conversaciones largas no, sólo vamos date prisa”; “A pastores de 60 años nunca he oído una conversación silbada.” 

A Severino se le pregunta sobre los silbadores gomero, a lo que responde: “Nosotros a la altura de ellos no – refiriéndose a los gomeros-. Ellos tienen un arte con el silbo que nosotros no…” 

Lo que podemos interpretar que su silbo es muy reducido, en cuanto a la comunicación, ellos ennoblecen al silbo gomero y lo elevan a la categoría de “arte”, pues se dan cuenta perfectamente que su silbo no lo utilizan para una conversación silbada, como hacen los silbadores gomeros.  

Todos los silbadores que entrevistó el profesor Trapero, según comentan, en aquel momento, 1989, ya no utilizan el silbo para nada, lo tienen olvidado. 

Finalmente, lo que podemos extraer en limpio y diáfano de todo el documento sonoro es que en la isla de El Hierro existió, en palabras de los entrevistados, un lenguaje silbado entre pastores, y que en la actualidad ya no lo usan.

Posteriormente Maximiano Trapero publicó en el periódico La Provincia del 7 noviembre de 1991 el artículo “Lenguaje silbado en El Hierro”. Sobre el silbo usado en El Hierro dice: “La noticia estaba tan escondida y tan recluida al ámbito de unos pocos que incluso pudimos constatar el desconocimiento que muchos herreños tenían de su existencia. Han oído, eso sí, que antiguamente los pastores usaban el silbo para llamarse, pero antiguamente ─recalcan ellos─ y cosas sin importancia, como «Ven», «Espera», «Sube», «Baja» y cosas por el estilo. Hemos podido comprobar incluso que los pastores más jóvenes se sienten incapaces de silbar mensajes un poco más complejos o distintos a ésos, tales como «¿Cuántas ovejas tienes?» o «¿Qué hora es? » Le faltó al silbo herreño la generalización entre toda su población, como ocurrió en La Gomera (en La Gomera todos silban o, mejor, el silbo no es exclusivo de nadie), limitándose sólo al ámbito de los pastores”. De estas palabras también podemos pensar que el silbo usado en El Hierro era un sistema de comunicación que solo permitía transmitir unos pocos mensajes sencillos y que era solo conocido por unas pocas personas, principalmente pastores.  

Años más tarde, en 2008, David Díaz publica su libro titulado “El lenguaje silbado en la Isla de El Hierro”. En él transcribe varias conversaciones de personas de El Hierro. Algunas de ellas tratan del silbo que usaban. Aquí resaltaremos algunas que coinciden con lo que Trapero grabó en 1989 y escribió en su artículo de 1991.  

De estas conversaciones podremos deducir que la descripción del silbo usado en El Hierro hecha por Trapero tenía validez en 2008. 

Transcribimos algunas de estas conversaciones del libro de Díaz que coinciden con lo dicho por los pastores de la grabación de 1989. 

En la página 52, dice María Concepción Quintero Padrón, 52 años “siempre oyó silbar, pero su familia no lo usaba”. También, Juan García Padrón, 93 años, dice en la página 55 “aquí la gente se silbaba de siempre”. Y luego sobre lo que se silbada dice: “Nos decíamos «vamos», «ven aquí» … Aquí en El Hierro también se silbaba”. 

En la página 56 dice: “Los pastores entre ellos usaban mucho el silbo, desde siempre, pero ya nada, no lo usan ahí”. 

Algunas personas entrevistadas en el Bar La Penúltima, del Mocanal, dicen en la página 57: “Algunos silbaban algo aún, otros sólo lo recordaban, y aún otros más jóvenes pensaban que sólo se usaba para llamar animales, y entre las personas sólo se decían cositas sencillas, no conversaciones. Los que silbaban algo dijeron siempre los ejemplos siguientes: «vete pa´l carajo» y «vete pal coño tu madre»”. 

También se entrevista a Carlos Gutiérrez Sánchez, 56 años, que en la página 69 dice: “En toda la isla se usaba el silbo, y todos lo podían usar, porque aquí todo el mundo vivía del campo. Y silbaba tanto el hombre como la mujer, sobre todo la que trabajaba en el campo. Las que estaban en casa no silbaban tanto. Antes éramos los más los que silbábamos”. 

En Sabinosa, Ambrosio Padrón Quintero 81 años, maestro del afamado tango herreño dice: “que no recuerda que el silbo se utilizase para emitir mensajes, sino solamente para llamar la atención a la gente”.

En Frontera se entrevistó a Victoriano Fidel Padrón González, de 72 años. En la página 79, dice el autor que “Nos dijo que silbar para comunicarse de lejos lo ha oído y lo ha usado desde muy pequeño. “Nos llamábamos con el silbo, como a dos kilómetros o más. Mi padre me llamaba a mí desde pequeño con el silbo por mi nombre, y nos decía «ven p´arriba» o «vamos»”. 

En la página 80, dice: “Aquí antes se hablaba con el silbo, aunque no tanto como en La Gomera. El informante tiene un consuegro en Frontera que es gomero de Agulo, del que nos dijo que silbaba a sus hijos mensajes más complejos que los que estaba acostumbrado a oír en El Hierro de su niñez. Y nos entendíamos con unos gomeros amigos nuestros que vivían aquí, que eran unos artistas, hablaban con el silbo. Había un gomero, un tal Montesinos, que aquel no es que silbara, aquel es que hablaba perfectamente con el silbo. A aquel se le entendía todo. Nosotros en Frontera nos silbábamos «baja pa´bajo», «¿ya te vas?» o «ven acá», y los nombres de las personas”  

 

 

  

D. Ramón Padilla, pastor silbador de San  Sebastián de La Gomera

Como silbador, maestro de silbo y especialista en el tema de los lenguajes silbados del mundo y de Canarias, sobremanera del silbo gomero, tengo que decir lo siguiente: 

 

El lenguaje silbado de los pastores herreños nunca fue un lenguaje articulado que se utilizara como medio de 

comunicación en la sociedad herreña. Podemos afirmar que en El Hierro no había una comunicación silbada generalizada entre sus habitantes, sólo entre pastores, y la comunicación entre ellos era precaria y con órdenes previamente pactadas y predecibles. 

Las pocas personas que recuerdan cómo era el silbo de los pastores herreños nos dicen que principalmente utilizaban frases cortas previamente acordadas, como decir “vamos” “vete p´al carajo”, y poco más.  

Los pocos pastores que hablan de un silbo herreño, nos dicen que ya ellos no lo utilizan. 

El silbo de los pastores herreños -como hemos podido comprobar- no ha pasado de generación en generación. Lo que se silba y se enseña hoy en El Hierro es Silbo Gomero. 

Por último, decir que antes de hablar de un silbo articulado, en la isla de El Hierro, hay que llevar a cabo un trabajo científico serio sobre ello, tal como se hizo en La Gomera, para que nuestro silbo gomero fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  

Las grandes preguntas son: 

¿Cómo es posible que se pueda mantener y decir que en la isla de El Hierro hubo un lenguaje silbado articulado, si lo que se decían eran mensajes reducidos y previamente pactados?. 

¿Quién enseñó a silbar a los nuevos silbadores herreños, si ninguno de sus campesinos podían silbar y ya ni se acordaban de la existencia del silbo?. 

Si era un silbo de pastores, y como hemos podido ver entre lo convencional y lo articulado, ¿de dónde sale ahora este silbo articulado herreño?. 

Son muchas las preguntas que nos tenemos que hacer y, si las contestamos con sinceridad, todas las respuestas nos llevan al lenguaje silbado de La Gomera.