Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

Sito Simancas “Medalla”

 Ahora he oído que no quiere que lo llamen Sito Simancas Megolla, sino Sito Simancas Medalla. Así lo haremos.

Mañana se conceden esos galardones y premios que se hacen coincidir con el Día de Canarias, entregados por el Gobierno autonómico a personalidades que han destacado en distintas áreas. Distinciones, al fin, a sus trayectorias profesionales, a su aportación a la comunidad durante su vida.

Uno de esos homenajeados mañana será Jesús (Sito) Simancas Megolla, natural de Playa de Santiago, un pueblo costero y pequeño situado en Alajeró, en la isla de La Gomera, con la medalla de oro en la categoría de Comunicación.

Quienes no conozcan a Sito ni hayan escuchado hablar de él, se preguntarán por qué, a los ochenta y dos años, recibe este premio un gomero afable y risueño que ha trabajado toda su vida, y que ahora, ya jubilado, vive con su mujer, una de sus hijas y dos de sus nietas, en Tecina. En realidad, sólo tendrían que buscar su nombre en Google, para leer cómo se formó en la radio, fue el primero en instalar antenas, tener una emisora, y llevar la televisión a La Gomera; cómo fue el que introdujo y divulgó el medio radiofónico entre los gomeros, para acabar siendo referente en la comunicación y las relaciones humanas en la isla colombina.

Sito Simancas

Sito Simancas

Quienes no lo conozcan, podrían y hasta debieran buscar información sobre él; pero se estarían perdiendo lo mejor de Sito. Lo mejor de él, y quizá lo que no sabe el Gobierno, es que está entregando una medalla no sólo merecida, sino que con ella premian y reconocen también a miles de personas que tratan a este hombre personalmente, hablan con él a través de las frecuencias, y que han encontrado en su voz, en su esfuerzo, en su ilusión, en su trabajo, un hombro en el que apoyarse, una sonrisa cómplice, o un chiste guardado que no se esperaban para sacarlos de una tristeza que ya Sito intuía o quizás sabía.

Desde que saltó la noticia en los medios, he leído muchos comentarios y felicitaciones, y el que más me ha gustado fue uno de alguien que escribió: «Cuando entré a la emisora de Sito por primera vez y vi aquel desastre de sitio, lleno de cables enrollados por todos lados, pensé: este loco ama lo que hace».

Y así es, este «loco» se puso detrás de un micrófono por primera vez en los años cincuenta para avisar a las falúas que llegaban a la costa de su pueblo natal, y desde entonces ha sido radioaficionado, haciendo cursos y especializándose en radiofonía, sin dejar nunca de lado la parte de ocio y la parte altruista, ayudando a quien lo necesite, en cualquier rincón de la isla a reparar un aparato de cualquier tipo, cogiendo el coche para recoger a quien fuera, donde fuera y traerlo a su emisora, entrevistando a cualquier hora a cualquier persona que tuviese o quisiera compartir algo, sin poner excusas, sin que la hora fuese un problema, sin impedimentos y sin condiciones.

Su radio, Radio Tagoror, es tu radio, y eso lo saben todos los gomeros y todos los que aman la isla, y también “Los Chinchorreros”, su club de fans, que va desde Indonesia hasta Venezuela siguiendo los pasos de su programa más emblemático, “El Chinchorro”, donde cual patio de vecinos, cualquiera puede entrar en directo, pedir una canción, saludar a un vecino o contar un cotilleo. De pronto, podemos también escuchar a un escritor hablando sobre su nuevo libro o a un grupo sobre un disco recién estrenado. Podremos escuchar a Marisol Ayala hablando sobre comunicación o sobre «El caso Kárate», un sábado a las dos de la mañana, tras una conferencia en el Hotel Tecina.

Carnet de Radioaficionado

Carnet de Radioaficionado

Todo puede pasar, y eso es lo mejor que puede pasarnos. Sito no sólo está detrás del micrófono, está escuchando, atento, e igual que este hijo de pescador iba hasta la Villa de San Sebastián caminando con su hermana Clara a vender el pescado de su padre Pepe El Chico, escuchando a todo el que se cruzaba, sus oídos siguen abiertos, y aun cuando puedes pensar que no te está prestando atención, este hombre autodidacta, generoso, noble, dueño de una inmensa biblioteca, tiene sus cinco sentidos puestos en ti.

Probablemente sea el padrino de media Gomera, y pasear con él por la isla es casi imposible sin perderte en un mar de abrazos y saludos, conversaciones y paradas para recibir o dar regalos; pero Sito es así, ha ganado todo ese afecto antes de cualquier premio.

Ahora he oído que no quiere que lo llamen Sito Simancas Megolla, sino Sito Simancas Medalla. Así lo haremos. Y agradezco a la primera falúa que le enseñó que un micrófono es más que una forma de hablar, y que la comunicación es siempre una celebración compartida de la vida. Felicidades Sito, enhorabuena. Hoy, mañana, todos somos gomeros y te necesitamos. Sé de sobra que estarás ahí.

Alba Sabina Pérez