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jueves, 25 de abril de 2024 05:22h.

Mescolanzas de un 2021 y de la vida

geli nueva opin
En mi cita quincenal con los lectores de Gomera Actualidad, al estar terminando el año, voy a dejar un puzle de recuerdos, sentimientos, reflexiones, pensamientos y peticiones.

El  año está a punto de terminar, echando la vista atrás y viendo que el camino se acorta cada días más me doy cuenta que hay relaciones de pareja, familiares o de amistad que no merecen la pena, algunas se van enfriando a causa de la distancia, esta no es solamente física, (con las tecnologías no hay distancia) pero la falta de comunicación hace que cada día se enfríen más.

Y también está el orgullo mal entendido, ese en el que nadie da el primer paso, o solamente lo da una parte y la otra da la callada por respuesta. 
Algun@s se van a morir de una congestión de orgullo...pero cada cual es muy libre en sus decisiones.
Hablando se entiende la gente menos los que se piensan que están en posesión de la verdad absoluta.
Como dice el refrán "A quien Dios se la de San Pedro se la bendiga"

Los recuerdos que tengo de mi infancia por estas fechas son entrañables, se juntaba las familias todo era alboroto ilusión y risas. Las cenas y comidas por estas fechas empezaban bien y terminaban mejor o peor según se midiera el grado de alcohol con el que se acompañaban las viandas, siempre se comenzaban tratándose de tu y terminaban de usted. Por aquellos tiempos cada uno según su poder adquisitivo ponía la mesa (salvo los privilegiados de siempre) los demás no tenían mucho donde elegir pero las botellas de anís el Mono,  el coñac Soberano o el Licor 43 entre otros llenaban de alegría a los comensales.

Cuando llegaban los reyes magos aquello era todo nervios y esperanza que nos trajeran lo que habíamos pedido, una pista previa  nos la daban por la radio el Príncipe Aliatar y su sequito cuando leían las peticiones que hacíamos mediante una carta escrita a sus majestades de Oriente. Recuerdo escuchar atentamente al príncipe Aliatar a ver si no estaba en la lista negra que era el saco de carbón que iba destinado a los que no se habían portado bien o no eran buenos estudiantes… Cuanta inocencia e  ilusión cuando al levantarme por la mañana empezaba a desenvolver los regalos y toda contenta lo decía a mis padres; mi padre esa noche me decía que tenía que dejar unas copas de anís y coñac para que los  reyes para repusieran fuerzas y unas panoyas (mazorcas de maíz) para los camellos y siempre recordándome que escuchase lo que escuchase ni se me ocurriera levantarme porque entonces pasarían de largo sin dejar nada. La desilusión más grande vino cuando mi güela paterna al yo decirle lo que pedía a los reyes me dijo,  ¿pero no sabes quién son los reyes? Ante mi negativa me lo dijo muy claro…Tu padre, tu madre y la cartera…

Yo pienso que ya de niña apuntaba maneras porque tras la desilusión que me dio mi güela seguí fingiendo para los demás pero ya cuando se acercaban las fechas de reyes estaba ojo avizor cuando mi madre guardaba los regalos.
Viendo que en la actualidad los niños parecen autómatas pegados a el teléfono y la Tablet sé que en nuestra época éramos muy afortunados  no teníamos todos los caprichos que tienen ahora, pero si lo justo para disfrutar de nuestra infancia y de los amigos. 

Las reflexiones que hago ahora en el otoño de mi vida es que no nos damos cuenta que la vida pasa en un suspiro y que de nada sirve  acumular cosas materiales, egos desmesurados ni orgullos tontos. Los bienes materiales cuando nos morimos lo dejamos aquí, el ego en el cementerio se disipa nadie es más que nadie, la muerte afortunadamente no hace distinciones, le da lo mismo que sus invitados sean guapos, feos, altos, bajos, negros o blancos, de izquierdas, de derechas o medio pensionistas. Aunque suene raro, bajo mi punto de vista la muerte es lo más democrático que hay.

Hace poco escribí sobre los frasquitos de esencia: (14 de noviembre) 
"Y si las fuerzas me faltan cogeré ese frasquito de esencia y reviviré mis momentos inolvidables que guardaré en mi maleta para cuando llegue la hora de partir"
"Afortunadamente soy poseedora de muchos frasquitos de esencia, aunque es justo reconocer que algunos se me han roto por el camino y otros vi que no eran esencia, eran agua con unas gotas de aroma que a la primera se van porque era de la peor calidad, lo que viene a ser las personas falsas de toda la vida"

"Por eso para mí los frasquitos de esencia los considero tan importantes, porque cada frasquito  representa un recuerdo, una persona o unas vivencias inolvidables.
Si llego al invierno de mi vida, me gustaría tener una estantería con muchos frasquitos de esencia y cuando me sintiera sola cogería un frasquito que me hiciera recordar los mejores momentos de la misma".

Peticiones tengo muchas que hacer pero las más prioritarias es que los políticos tengan en sus agendas como prioritario el bienestar de las personas vulnerables y más teniendo en cuenta que cuando los padres no estemos quedarán como barco a la deriva cuando el timonel no está al mando.
También recordar que mientras en Africa no estén todas las personas vacunadas la pandemia campará a sus anchas.

"No se pueden poner puertas al campo"