Buscar
viernes, 19 de abril de 2024 00:00h.

Hasta siempre, Don Nicolás

OSCAR MENDOZA OPINIÓN
Se ilumina el móvil y ya no sabes si es para algo bueno o para algo malo, siendo esta época tan llena de desgracias y mi edad algo avanzada.

 Cuando yo era niño había gente joven y ahora que soy algo mayor veo cómo esos jóvenes de antaño están a punto de acabar su viaje o, incluso, se han ido ya, haciéndonos ver que, después de todo, incluso los buenos y nobles tienen que dejarnos. La vida es un tirano que no responde a los impulsos del corazón.
Un mensaje en verde que en realidad es negro, luto al escuchar el audio, silencio al responder al ser las palabras mudas cuando la tristeza es tanta.

Se nos ha ido Nicolás Segredo, DON NICOLÁS, así, en mayúsculas, muestra de respeto hacia el que era, sobre todo, buena persona. Nadie lo puede negar sin ser un miserable o un mentiroso. El camino de la vida deber marcarse por el intento de no hacer daño a nadie, a conciencia, queriendo. Entiendo los placeres de la venganza en ciertos contextos pero no debe ser la pauta a seguir sino la excepción para salvar la dignidad. 

Vocablos varios para definir a Nicolás: dignidad, respeto, bondad, amor a su pueblo, .. Él, amante de la poesía y de las palabras, poeta por instinto y por devoción, compuso su mejor poema en el trato con la gente de Agulo, en su sonrisa, pícara y amplia a la vez, en sus maneras de dandy a lo Óscar Wilde, en su afán por ayudar, en su deseo de ser él mismo a toda costa. Pocos seres más auténticos que él, aceptando esa cualidad de no ser comprendido, esa característica de la gente especial a la que nos cuesta olvidar. Si era diferente es porque era especial.

La Gomera y Agulo descritos en innumerables poemas, palabras que flotan para crear atmósferas especiales, miradas de asombro ante el poeta y su poesía, lecturas para huir del horripilante presente, recuerdos de ese maestro henchido de amor.

Él, muchas veces no comprendido, siempre comprendió al pueblo y su naturaleza, sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas, dejando estas últimas como anécdotas y realzando las primeras como el pilar para seguir sabiendo que, a pesar de todo, el bombón de la Gomera no se derretirá nunca, siendo su esencia cocinada por gente como Nicolás, Don Nicolás, amigo de todos y enemigo de nadie.

En sus propias palabras:

“Cuando el sol se canse de dar más luz, quisiera reunirme contigo, antes de ser despojo de la naturaleza. Yo siempre estuve contigo de día y de noche, despierto, en la vida y en la muerte, nunca
morirás”

Sí, nunca morirá. Se fue pero no se olvidará, siendo su impronta fuerte como el frío en las mañanas del Charco, como los paseos por Las Casas, como los atardeceres desde La Montañeta. Él, poeta noble y bueno, seguro que me sonreirá desde el cielo captando mi verdadera intención en esta torpe muestra de mi gratitud.

"Sentimiento a la isla de La Gomera"


La Gomera embrujada y misteriosa
Isla de amores y pasiones, picaresca y enredos,
Salvaje, redonda y hermosa, femenina y coqueta,
Isla mágica, accidentada y de contrastes,
Peregrina y pregonera de leyendas ensueños, fantasías y dramas.

Fiestas Patronales y Onomásticas,
fe, religiosidad clásica y solemne tracas,
alegría y música, bailes y canciones,
chácaras y tambores que al unísono suenan,
procesiones y romances populares,
de contenidos y sonidos, triviales y ancestrales.

El silbo comunicación sin par,
De caseríos, montañas y barrancos,
Mensajes, quejas de penas tristezas y luto,
Algarabía y bullicio de bailes, romerías y citas,
Silbidos y susurros, de amores felicidad y alegría.

La Colombina, La Junonia Menor,
La Capriria de Plinio el romano,
Isla de cabras y lagartos,
La Isla Afortunada, Perla del Atlántico.

                                                      Nicolás Segredo

Foto de Nicolás Segredo

 

P.D. Quiero agradecer a Francisco Cabello (Kiko Macho), Lalo Suarez y Pedro Cruz su ayuda y sus ánimos para redactar algo que no me hubiese gustado hacer ahora, sino dentro de muchos años, permitiéndonos así el placer de seguir charlando mucho más con este hombre especial.