Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

Un secuestro es un secuestro, libertad a Darya.

"¡Libertad al pueblo saharaui! ¡Respeto a los Derechos Humanos de los refugiados de Tinduf! ¡Sahara Libre!"

Estas son algunas de las consignas que he podido leer en las diferentes pancartas con las que me he encontrado cuando he participado en alguna manifestación reivindicando respeto para un pueblo oprimido por Marruecos y olvidado por España, según los propios saharauis.

Miro hacia un pasado no demasiado lejano y recuerdo a la activista, Aminetu Haidar, recostada en el suelo del  aeropuerto de Guacimeta, en Lanzarote, pasando treinta y tantos largos días en huelga de hambre, dispuesta a sacrificar su vida en favor de lograr el respeto para los Derechos de su pueblo.

Recuerdo tantas cosas y me pregunto: ¿y ahora qué? ¿Qué ocurre con esa chica, Darya, que le han cortado la libertad?, ¿y sus Derechos?

Darya Embarek es una mujer de 25 años, una mujer mayor de edad, que ha vivido en Tenerife con una familia de acogida desde el año 2001 y hasta el pasado mes de enero, cuando viajó a Tinduf a visitar a su familia y quedar, entonces, retenida por ellos. No tardaron en requisarle su documentación impidiéndole regresar a la isla. 

Una vez que su familia tinerfeña puso en conocimiento este caso distintas partes han intentado mediar. Lo que ha trascendido tiene enjundia porque la "libertad " de esta chica, según los portavoces representantes del Pueblo Saharaui, depende de que ella asuma su cultura, "aprenda quien es" y, al parecer todo esto no es sino un "asunto familiar".

Darya, en los micrófonos de Radio Club Tenerife, Cadena Ser -mediante una conversación telefónica- se ha quejado de que su opinión no ha sido tenido en cuenta y de que se están contando mentiras. Ha expresado su deseo de regresar a la vida que ha dejado en Canarias y ha hecho constar la decepción que ha sufrido por su familia biológica, a la que quiere y respeta, pero que la mantienen retenida contra su voluntad.

Las últimas declaraciones del representante del Frente Polisario -escuchadas también en la misma emisora- advierten que si esta joven sufre este problema lo que debe hacer es denunciarlo ante las "autoridades de su pueblo" porque, al parecer, sus leyes en este sentido no son iguales que las españolas...

O sea, que tienen "leyes a la carta a gusto del consumidor en cuestión de derehos", me temo.

Pues, guste o no guste, un secuestro es un secuestro aquí y en la conchinchina y, la Libertad es un Derecho Humano, de esos que reclaman -cuando les interesa- aquí y en el Sahara.