Buscar
viernes, 19 de abril de 2024 00:00h.

'Las piscinas de Santa Catalina: Abrir Hermigua al mar'

El presidente del Cabildo resalta que el Centro de Talasoterapia se convertirá en un polo de atracción de visitantes, en un revulsivo económico e importante centro del ocio

 

DSC_0012

Más que unas piscinas. Así podrá definirse el Centro de Talasoterapia de Santa Catalina en Hermigua cuya finalización en estos momentos está a punto de culminar el Cabildo de La Gomera. La institución insular ha invertido más de cuatro millones de euros en la ejecución de un proyecto puntero. El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo Curbelo, resalta que una vez acabadas las obras en el plazo aproximado de dos meses, el resultado será un edificio emblemático cuyo novedoso diseño contemporáneo llama ya la atención. “Pero la idea que nos ha motivado a poner en marchar estas instalaciones no es otra que abrir Hermigua al mar. O lo que es lo mismo, dar satisfacción a las necesidades, del sector turístico y explotar las posibilidades del océano para los vecinos”, indica el presidente.

Pero sobre todo nos encontramos ante un centro deportivo y de ocio que marcará un antes y un después en la vida del norte de la Isla. Un edificio que se convertirá en polo de atracción de visitantes, revulsivo económico y centro de disfrute ciudadano.

La obra se levanta en medio de un paisaje espectacular cerca de Los Pescantes en el solar que anteriormente ocupaban las piscinas municipales en la playa de Santa Catalina. De hecho, se aprovecha parte del muro y la piscina de mayor tamaño de las anteriores instalaciones. En total, el edificio llega a ocupar 3.152 metros cuadrados de superficie útil, de los que 757 se corresponden al sótano, 1.805 a la planta baja, y 590 a la primera. La altura roza los 13 metros.

Del inmueble destaca la mezcla original y llamativa del cemento con la madera de la cubierta y las grandes ventanas de la zona de piscinas y fachada. Precisamente, el techo es el elemento más original. El transporte de las grandes vigas de 31 metros de largo y tres toneladas de peso supuso una complicada operación logística.

A diferencia de las anteriores piscinas, se optó por un espacio cubierto dada la climatología adversa y las fuertes corrientes de viento en ciertas épocas del año, sobre todo en invierno. Aunque el agua de las piscinas no llegará directamente del mar, se considera un centro de talasoterapia ya que ésta es salada. Hay una piscina semiolímpica, que es la que ya estaba construida y otra nueva de menores dimensiones así como una infantil. Esta zona está coronada por unas enormes ventanas de las cuales las superiores es posible que se puedan abrir o cerrar.

El edificio contará con un bar, gimnasio, salas para la realización de actividades, una grada sobre las piscinas, sala de controles y maquinaria, spa-jacuzzi y baños correspondientes, así como oficinas. En todos los rincones impera el diseño contemporáneo. Parte de la energía que se empleará en matener el agua de las piscinas en una temperatura adecuada vendrá de paneles solares, con el ahorro correspondiente.