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viernes, 19 de abril de 2024 07:25h.

Vecina de Agulo, enferma, sóla y mas de tres meses sin suministro eléctrico.

Ángeles Hernández Herrera, con 68 años, diabética y con algún problema más de salud, nos cuenta el drama que vive y al que no ve solución.

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Dicen que “a perro flaco todo son pulgas”, una frase que en esta ocasión bien podría ser  aplicada para describir el drama que Ángeles Hernández sufre en “su domicilio” de la localidad gomera de Agulo.

Con sesenta y ocho años a sus espaldas,agravados por padecer una diabetes, otros problemas de salud y varias intervenciones quirúrgicas; a esta vecina se le ha sumado padecer “la oscuridad” en su vivienda desde hace tres meses y en la que la compañía Endesa, mantiene sin suministro eléctrico tras practicar “un corte” del mismo un tanto “sospechoso”.

Al parecer y según ella misma refiere a gomeraactualidad.com, hace tres meses, unos operarios le sorprendieron con unos “ruidos” en el callejón por el que se accede a su vivienda y que interesada por el motivo de que estuviesen allí, le comentaron que venían a proceder a cortar el suministro en la vivienda; como así hicieron.

Refiere además que uno de los operarios, al verle tan nerviosa y rogando para que no la dejasen a oscuras, llamó a la compañía para decirles que se trataba de una señora mayor, enferma de diabetes y que necesitaba al menos contar con suministro para alimentar el refrigerador donde debe tener la insulina que debe administrarse a diario.

Afirma que, si bien el operario intentó convencer a Endesa del “atropello”, la orden recibida fue tajante y no tuvo otra opción que acatarla, muy a su pesar.-dice.
Por otra parte, afirma que el corte se realizó sin advertirle de alguna presunta irregularidad en la instalación y sin darle el perceptivo plazo para enmendarlo ya que por falta de pago del mismo no pudo darse, ya que afirma, tener al corriente “los recibos”.

Guerra de intereses.

Durante la entrevista concedida en exclusiva a este medio, Ángela ha señalado como culpable de este asunto a un familiar del dueño de la vivienda ya fallecido y con el que Ángela ha convivido más de trece años y que la nombró heredera o usufructuaria del domicilio; algo que dice puede demostrar ya que tiene el testamento. Por ello dice creer que, este familiar al verse excluido, intenta presionar para que de esta forma abandone la vivienda.

Preguntada si durante este tiempo ha contado con el apoyo o la mediación de alguien para resolver el asunto con la Empresa, señala que el Trabajador Social del Ayuntamiento de Agulo y la ahora alcaldesa, Rosa Chinea se han preocupado por ello pero no entiende que sucede para que no tenga electricidad en su casa siendo esto algo tan necesario para ella y por la situación de enfermedad que padece.

Tres meses de penurias para medicarse e intentar seguir viva.

Dice que, a duras penas y con la ayuda de una linterna tiene que realizarse la medición de glucosa cuando se nota mal y que, se le hace difícil su lectura, por lo que a veces no sabe si debe medicarse o esperar a que amanezca, para ver con la luz del día, la cantidad de glucosa en sangre que tiene.

Preguntada de como mantienen refrigerada la insulina y otros medicamentos que tiene prescritos, me indica que, las mantiene en una nevera portátil que le ha cedido una vecina y que diariamente se encarga además de reponerle el hielo que ésta misma le lleva.


Sobre si este asunto lo conocen en el Cabildo Insular, me comenta que ella ha pedido hablar con el Presidente, pero que le ha sido imposible, pero que si se lo ha hecho saber a su secretaria, aunque me señala que, desconoce si él lo sabe.

Terminamos nuestra entrevista con Ángeles y en la que nos ha quedado clara una cosa, y es que, independientemente de lo que pueda “haber detrás” de este corte de suministro, entendemos que se trata de una persona enferma y que necesita quien “le guíe” y como tal, no merece ser privada de algo tan fundamental para vivir con dignidad. Esperamos que las administraciones gomeras, trabajadores sociales o a quien competa, no abandone a su suerte a una vecina a la que, a nuestro juicio, consideramos “dependiente” e indefensa.