Esta ha sido, para muchos, una semana triste. Porque hemos perdido a un canario excepcional, uno que perteneció a una generación de políticos que marcaron la diferencia.
Después de cuatro décadas de libertad y progreso, basadas en la reconciliación, el diálogo y el entendimiento, estamos desembocando en un desencuentro crónico y en la incapacidad de alcanzar ningún tipo de acuerdo en beneficio de la ciudadanía.
El mundo lleva tanto tiempo viviendo acontecimientos extraordinarios o inusuales que ya va siendo hora de empezar a pensar que no lo son. O lo que es lo mismo, que nuestra vida va a estar marcada por los zarandeos y sustos de un planeta que está sacudido por los conflictos y alterado por el cambio climático que algunos siguen negando a pesar de las apabullantes pruebas.
La fe es un motor que funciona con energías siempre renovables y que produce la mayor fuerza que jamás ha conocido el ser humano. La devoción a la figura de la Virgen de Guadalupe en La Gomera es una tradición que pasa de padres a hijas, que está incrustada en la cultura y en la manera de ser de las personas de esta isla.
"Hay gente que está preocupada por una posible amnistía a los encausados por los incidentes en Cataluña y por la integridad constitucional de España. Con todos mis respetos por la opinión ajena, yo estoy bastante más preocupado por el sistema eléctrico de Canarias que está al borde del colapso; por el incremento del precio de los artículos de consumo, que nos hace más pobres"
Sería absurdo que un corredor de relevos, al recoger el testigo que le pasan, retrocediera y volviera sobre los pasos de su compañero, alegando que ha sido demasiado lento o que ha corrido defectuosamente.
Canarias vive ahora, de nuevo, una situación de enorme incertidumbre ante el repunte migratorio. Miles de personas desesperadas huyen de países del vecino continente buscando una nueva vida en Europa.
Hay cuestiones sobre las que se pueden tener opiniones muy distintas que van en función de la ideología, la edad o el carácter de cada persona. Pero hay otras que se basan en algo incuestionable, que son los números.
Independientemente del gran papel que han tenido todos los presidentes autonómicos para conseguir una Canarias mejor. Es cierto que hay dos nombres que tenemos muy presentes: Jerónimo Saavedra y Adán Martín. Dos presidentes que se ocuparon especialmente de las comunicaciones de nuestras islas con el exterior y entre nosotros mismos, como estrategia fundamental y eje de nuestro desarrollo.
Reflexionar, planear y actuar. Y por el camino ir solventando todas las dificultades y problemas que siempre surgen cuando alguien pretende hacer algo. Esta es la base para que la “buena” política sirva a los intereses de los ciudadanos.
En los protocolos médicos de valoración se dice que un paciente está “desorientado” cuando la persona es incapaz de situarse en el tiempo y en el espacio; cuando no sabe dónde está o qué hora es.
Antiguamente se decía eso de que huele a chamusquina cuando había indicios de que algo no estaba saliendo tal y como se esperaba o que algo iba a salir mal. Exactamente esa es la impresión que me están dando las noticias que hemos conocido últimamente en torno a la conectividad de Canarias y las subvenciones a los vuelos entre las islas y el resto del Estado.
Cuando estás construyendo algo; una pared, un proyecto o un futuro, al cabo del día, lo que importa es el tiempo que has dedicado a trabajar para hacerlo. Porque si te distraes en asuntos que no tienen nada que ver con lo que estás haciendo, las cosas no avanzan.
Esta pasada semana, en el Parlamento de Canarias, se ha celebrado un debate para cerrar la legislatura. Como las urnas están a tres meses vista, los partidos políticos están más preocupados por las elecciones inmediatas que por la realidad. Es un mal que nos afecta a todos y es una compulsión inevitable de los procesos electorales.
No sé si nos pasa a todos los que ya tenemos una edad, pero a veces siento que el tiempo corre muy deprisa. Que los años pasan volando y que, a pesar de que uno le echa todas las ganas del mundo y todo el trabajo que puede, hay problemas que no tenemos manera de arreglar.
Es importante que los grandes partidos políticos de Canarias se hayan puesto de acuerdo, cada uno con sus matices, en la defensa del régimen especial de las islas. Y que hayan ido a Madrid para exponer y defender las razones que asisten a nuestra región. No es frecuente que tal cosa ocurra.
Los políticos de Tenerife y Gran Canaria están ahora mismo resucitando el proyecto del tren para cada una de las dos grandes islas capitalinas. Estamos hablando, a grosso modo, de unos cinco mil millones de inversión. Para ellos es la única salida para el más de millón y medio de coches privados que se mueven en esas dos islas causando colas interminables a determinadas horas de la mañana y la tarde.
Para cualquiera es fácil de entender que para un agricultor de nuestras islas tener millones de consumidores es una bendición. Un productor de La Gomera no cultiva para que sus productos los consuman veinte mil habitantes de la isla, sino para los miles de visitantes que tenemos cada año, que vienen a disfrutar de las bellezas de nuestra tierra, pero también a consumir nuestros productos frescos o a comprar nuestra artesanía.
Hay tantos problemas, tantas vías de agua, que a veces uno no sabe qué atender primero. Los malos años que hemos vivido en muy poco tiempo nos han causado grandes daños de los que apenas si estamos empezando a recuperarnos.
Dicen que algunos se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. Cuando escucho hablar a algunos políticos de nuestras islas del intolerable nivel de los precios en Canarias me invade una enorme frustración.
Un dato para los apocalípticos, el turismo en Canarias sigue resistiendo. Pese a las turbulencias en las economías de la Unión Europea y Gran Bretaña, nuestras islas siguen siendo el destino elegido por millones de ciudadanos europeos que quieren disfrutar de un destino privilegiado.
Un vaso está medio vacío cuando estaba lleno y se han bebido la mitad. Y está medio lleno cuando estaba vacío y lo han llenado hasta la mitad. No depende del pesimismo o del optimismo del que lo mira, depende de cómo estaba antes.
Estos próximos meses y años habrá dificultades. No lo duden. Y malos momentos. Pero cuando nos sentemos a la mesa de esta Navidad, con nuestras familias, podremos celebrar que lo peor ha pasado y que lo mejor está por venir.
En cualquier barco existe un número máximo de pasajeros. Que haya más de la cuenta puede comprometer la estabilidad y poner en peligro la flotación o la maniobrabilidad del buque. Lo mismo ocurre en estos ocho barcos de piedra que llamamos Canarias. Y ya va siendo hora de que le prestemos atención a un problema que empieza a ser alarmante.