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jueves, 28 de marzo de 2024 00:01h.

Del Silbo herreño y otros bolígrafos BIC

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No salgo de mi asombro ante el despropósito que supone la pretensión supuestamente herreña de que se declare bien de interés cultural algo inexistente.

Leo en Gomera Actualidad la noticia de fecha veintidós de enero, pero que lleva coleando ya algún tiempo. Por desgracia. La noticia versa en sus titulares de lo siguiente: 
“La Asociación para la Investigación y Conservación del Silbo Herreño y Ossinisa acusan a Curbelo y Perera Betancor de imponer un “Pin cultural” a los herreños. 

Acusan a Curbelo de "intervenir" en el Gobierno de Canarias para que anulase la convocatoria de la Comisión de Patrimonio Histórico que tenía que aprobar el BIC silbo herreño, como así ha sucedido.” 

No salgo de mi asombro ante el despropósito que supone la pretensión supuestamente herreña de que se declare bien de interés cultural algo inexistente. Sé de antemano que este artículo me va a suponer algún que otro desencuentro con mis amigos herreños, a quien considero pues eso, amigos. Entre otros, mi amigo y ex-compañero de trabajo Sergio Gutiérrez Trujillo, director del medio digital “Diario El Hierro”, pero uno nunca se ha caracterizado ni por ser políticamente correcto, ni por buscar el aplauso de todos, que a la postre es lo que significa querer agradar a todos. 

Y sí, la noticia no tiene desperdicio, porque analizándola desapasionadamente, y este que escribe es Gomero y ejerce de Gomero, pero el asunto no tiene un pase, tanto por los personajes implicados como por el tema tratado. 

¿Realmente existe el silbo herreño?.La respuesta es sencillamente, no. A lo largo de mi vida profesional, he estado en muchos lugares y en distintos puestos de trabajo, y en uno de ellos, fue como Coordinador del Módulo Insular de Servicios Sociales de El Hierro, y puedo jurar sobre la Santa Biblia que en casi nueve años que estuve trabajando allí, desde el dieciocho de julio de 1994 hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil dos en que el módulo de servicios sociales y todos sus efectivos son transferidos al Cabildo Insular de El Hierro, con lo que, y aún estuve bajo esta esfera organizativa hasta el treinta y uno de mayo de 2003. Pues bien, jamás oí hablar del silbo herreño. 

Alguien podría decir que yo no estaba allí siempre y ciertamente hubo periodos de tiempo en que no estuve efectivamente allí, o incluso que yo no estaba arraigado en la sociedad herreña, pero es que ninguna de las dos cosas serían ciertas, porque la realidad es que estuve la mayor parte del tiempo en El Hierro, salvo algunos periodos de baja laboral y los fines de semana que volvía a Tenerife donde residía mi familia y en vacaciones que compartía entre Tenerife, La Gomera y algún otro lugar del extranjero durante todos esos años. 

Fruto de aquella estancia en El Hierro, fueron la oportunidad de conocer a muchos amigos y creo que algún enemigo, pero pocos, y también la de desarrollar una labor profesional en el ámbito de la asesoría jurídica y de los servicios sociales de la que me siento muy orgulloso. Casi siempre lo que te llevas de este mundo es la satisfacción del trabajo bien hecho y de haber tejido relaciones personales que trascienden lo material. 

Conocí a algunos regidores locales, especialmente a los sucesivos alcaldes de el municipio de La Frontera, que era donde desarrollaba mi quehacer diario, y también a sucesivos presidentes del Cabildo y de distintos colores políticos, también a Subdelegados del Gobierno de la nación en la isla y también de distinto signo político, pero de lo que más me enorgullezco es de haber sido un vecino mas del pueblo de La Frontera con excelentes relaciones con gente de Valverde, pues entonces El Pinar-Restinga, (otro invento que ¡válgame Dios que nos hemos vuelto locos!), no existía como entidad local. 

Pues bien, puedo decir que en aquellos fines de semana en que no me iba a Tenerife, y cómo no todo va a ser trabajar, fomenté la relación amistosa con mi primer anfitrión, Manolo Padrón, quien desgraciadamente murió en el último año, y también a su mujer Petra, dueños y trabajadores de la panadería de El Pinar, a quien nunca agradeceré lo suficiente la hospitalidad que tuvieron conmigo y con mi mujer e hija Belén que entonces era una niña.

Este agradecimiento tuve ocasión en el mes de septiembre de expresarselo personalmente a Petra, y también de enterarme por ella del fallecimiento de su marido. Como les decía allí hice amigos como Manolo y también Luis asimismo de El Pinar, quien era propietario del Bar Chachi y la pensión del mismo nombre. En muchas ocasiones fui a cazar con ellos en épocas de levantamiento de la veda, y otras veces con otros compañeros de El Hierro y de fuera de El Hierro.

Uno de estos, era un señor de Sabinosa, quien ejerció al menos durante el mandato de Inocencio Armas como regidor de el Cabildo de El Hierro, de encargado de la casa forestal de La Dehesa,y entre sus muchas funciones estaba la de controlar las cercas donde pacía el ganado.

Este hombre, del que sólo recuerdo su nombre José, y no su apellido, pero al que todo el mundo conocía por José “el lobo”, siendo pastor como era, me habló de muchas cosas entre otras de temas agrícolas y/o ganaderos, de el perro pastor herreño o lobo herreño, del podenco enano, o “nano” de El Hierro, de la fauna y de la flora, de las costumbres de los animales y los pastores, pero jamás me habló del silbo herreño, ni como lenguaje al borde de la extinción, ni como lenguaje vivo.

Extraña, desocupado lector, que un pastor acostumbrado a silbar a sus perros y al ganado, no te hable de un lenguaje articulado como tal, de existir este entendiéndolo como un “corpus” lingüístico. Mas asombro causa aún que habiendo vivido allí durante un periodo largo de tiempo, habiéndome relacionado con todo el que quiso hacerlo y de todos los sectores, ni vecinos, ni pastores y propietarios de ganado, ni pescadores, ni hosteleros, ni funcionarios, ni mucho menos políticos te mencionasen el silbo herreño. 

Se aduce por parte de los defensores del invento, que fueron los propios gomeros quienes llevasen el silbo consigo en su inmigración a El Hierro, y cierto que cabe esa posibilidad. Sin embargo, es remota, y ello por el siguiente razonamiento. Constan migraciones relativamente recientes en el pasado siglo de la isla colombina a la isla de el meridiano.

Tuve ocasión de asesorar a alguna de estas personas, quienes amablemente me contaron su historia. Recuerdo a Doña Maruca, una vecina de Frontera quien nació en Valle Gran Rey, quizá Arure, quien me relató y,empleo palabras textuales: “Hubo mucha hambre”,(deduzco unas hambrunas que hubo entre los años cuarenta y quizá alguna en la década de los cincuenta del siglo veinte),”y vinimos algunos como los pajaritos en busca de comida...” 

Se pueden encontrar asimismo en La Restinga, una extensa familia como los Mora, que vinieron desde Playa de Santiago y se establecieron como pescadores en este puerto canario. 
Me consta también que hubo gente del norte de La Gomera, especialmente de Las Rosas, como los Barrera que a mediados del siglo veinte fueron a El Hierro atendiendo a la demanda de mano de obra, para la construcción de la antigua carretera Valverde-Frontera, la que fuese hasta entrado este siglo la única vía de comunicación rodada entre los dos municipios existentes. 

Que todos ellos o algunos de ellos pudiese portar el silbo gomero y lo emplease en sus labores diarias parece probable, pero, curiosamente ninguno de ellos son pastores o gente que viva fijo en el monte. Aparte de eso, la orografía de El Hierro es sustancialmente distinta y objetivamente menos complicada que la de La Gomera y eso desmontaría un posible origen autóctono del pretendido silbo. 

Porque vamos a ver, puestos a contar mentiras e inventar historias, lo consecuente sería que nos vendiesen un posible origen Bimbache del lenguaje sonoro silbado. Pero eso, lo tienen muy complicado, y es que no encontramos referencias en Viera y Clavijo, ni en “Le Canarien” de Le Verrier y Boutier, ni en ningún historiador que se precie de serlo. En cambio, no puede decirse lo mismo del silbo gomero. 

Recuerdo con agrado también, del siglo pasado los reportajes videográficos del Capitán Jacques- Yves-Costeau, quien nos deleitaba en una televisión que por aquel entonces era más sana que la que podemos ver hoy en día, (por eso no la veo desde hace años), y que dedicó un programa al sistema de comunicación de los cetáceos, como delfines y ballenas, y curiosamente en el reportaje se aprecia al Calypso y su cuaderno de bitácora acercándose a las costas de La Gomera en afán investigador en mil novecientos sesenta y nueve, según consta en los créditos de otro documental. 

Naturalmente yo lo vi años mas tarde, en los setenta, pero extraña también que historiadores, documentalistas e investigadores no se hubiesen fijado hasta hoy en un lenguaje articulado propio de la isla de El Hierro. 
Francamente y a tenor de la noticia, el que comités de expertos y profesores de las Universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria, tengan algo que decir y avalar de este despropósito, me dice no sé si mas bien mucho o mas bien poco.

Entre lo uno y lo otro, que son una opinión mas y no por muy docta, mas autorizada que ninguna otra, y ello por la sencilla razón de que la universidad Española, y en particular la Canaria no puede estar mas desprestigiada. De ese comité de expertos, hay algunos nombres respetables, en particular algún viejo conocido de los campamentos de la OJE como Maximiano Trapero, catedrático de la ULPGC, y mi antiguo profesor de Morfosintáxis del Español, como Marcial Morera.

También tengo el placer de conocer al gomero consorte José Juan Batista de la ULL, y dado que Don Ramón Trujillo Carreño, anda por esos mundos de Dios haciendo las Américas, y poco se ocupa ya, dada su avanzada edad, del mundo académico, yque es el más autorizado de todos, poco más hay que decir. Y no es ya solo el desprestigio ganado a pulso, no ya por estos doctos profesores, sino por el sistema universitario instaurado después de la Ley Orgánica 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria. De aquellos polvos, estos lodos. 

Felipe González a través de su rodillo socialista de aquellos años consigue mediante esta Ley meter a todos sus enchufados, que entonces eran profesores no numerarios. Algunos años después, profesores sin el doctorado, u obtenido a la manera de Carmen Calvo o Sánchez “Cum Fraude”, siguen en nómina de nuestras universidades. Cualquiera que oiga en rueda de prensa o en mitin al Presidente del Gobierno o la ministra Calvo, puede darse cuenta de la ignorancia oceánica de estos supuestos doctores, y hay más ejemplos, muchos más, y aquí cerca. Eso sí, en honor a parte de ese comité de expertos debo decir que todos los mencionados son personas de solvencia intelectual. Pero, es el sistema el que todo lo pervierte y especialmente el dinero el que todo lo corrompe.

Recuerdo que hacia los años noventa hablaba con un compañero de profesión sobre cierto político adelantado a su tiempo que presumía de máster en EE.UU, y ya por aquel entonces me decía: “Tú dame un millón de pesetas y yo te traigo un máster de una universidad Americana, sin que tengas que ir a estudiar allí”. Díganme ustedes, si habiendo visto lo que hemos visto en este país, si este amigo mío no era un adelantado a su tiempo.

En el caso de los comités de expertos, sabios, doctores, en el de los dictámenes científicos o jurídicos, médicos, etc, es exactamente igual: Por dinero baila el mono, que dicen en América. Un científico puede perfectamente articular una hipótesis creíble e incluso dotada de cierta verosimilitud y decir una cosa increíble para el común de los mortales, y sólo el tiempo que suele ponernos a todos y a todo en su sitio, puede desmentir esa hipótesis.

Ha ocurrido y volverá a ocurrir, y años ha que se puso de moda, avalada por científicos, que el hombre era el único mamífero que continuaba tomando leche animal después de destetado, y eso es verdad, pero sólo media verdad, y hoy en día hay mas Osteoporosis y enfermedades relacionadas con la falta de calcio como oligoelemento que nunca. Así que con dinero se puede avalar lo inavalable, lo medianamente creíble y hasta lo increíble. 

De un tiempo para acá todo el mundo tiene un patrimonio o bien material o inmaterial de interés cultural porque han visto que al principio funcionaba para hacer dinero, pero al principio, porque hoy por hoy, el kilo de BIC, y no me refiero a los bolígrafos que siempre fueron baratos, está mas bajo que el kilo de juez prevaricador o político corrupto. Bajo mínimos.

Hoy todo pueblo quiere un BIC, lo tenga o no lo tenga, y sí no lo tiene se le inventa, y por ahí van los tiros de lo afirmado por Casimiro Curbelo, Presidente del Cabildo Insular de La Gomera y recientemente de la FECAI, y es que el silbo herreño es una fantasmada.

Cualquiera que me conozca puede dar fe de que el Presidente Curbelo no es santo de mi devoción, pero eso no significa que no haya que darle la razón cuando la tiene, y en este caso la tiene. Es mas, los que puedan criticarle por ello, serían los mismos que en política internacional critican a Donald Trump, por velar por los intereses de EE.UU.

Trump podrá ser todo lo bocazas que es, incluso un sinvergüenza, pero de lo que no se le puede acusar es de no defender los intereses del pueblo al que representa, de los EE.UU de América, incluso en contra de los principios del libre comercio. Por esa razón, los mismos cantamañanas de siempre y de todas partes, los estómagos agradecidos, las “asociaciones sin ánimo de lucro”,y un largo etcétera de paniaguados y apesebrados bajo distintas siglas critican al Presidente del Cabildo por defender al pueblo al que se supone que representa, y ¡como no!, como la moda es demonizar a VOX y sus propuestas hablar de PIN cultural.

La mayor parte de estos analfabetos funcionales y aspirantes a vivir del cuento no conocen mas PIN que el que utilizan en el cajero, por eso están por el reconocimiento BIC del silbo herreño, por hacer caja, por la buchaca, por el bolsillo, por la pasta, y como el todo por la pasta desgraciadamente se ha convertido en el “leitmotiv” de muchos, así nos va en este patio de Monipodio que es España en general y Canarias en partícular. Y si perro no come perro, el Canario si que come Canario. 

Todo esto, además, es puro politiqueo de tres al cuarto, y en política nada es casual. En política, hay venganzas y revanchas, y toda clase de malas artes. ¿Alguno de ustedes recuerda a la ex-diputada por Agrupación Herreña Independiente y ex-presidenta del Cabildo Belén Allende Riera decir en sede parlamentaria. “Es que los tuyos tienen dos penes, y los míos sólo uno”. Lamentables palabras para una parlamentaria, y lo siento, porque me considero compañero de carrera de ella y una vieja conocida.

Las palabras se referían al lagarto gigante de Valle Gran Rey, para cuya cría y conservación se pedían fondos presupuestarios. Fondos que naturalmente no hubieran ido, o hubieran ido en menor cantidad hacia el lagartario de La Frontera, donde se conserva una especie que, desde luego su descubrimiento es bastante mas antiguo que el del lagarto gigante de La Gomera.

Pues eso señores, que todo es como dijo un columnista de opinión de este diario que responde al nombre de Carlos Jesús Pérez Simancas, un intento de sacar petróleo, y a la vez pataletas de políticos, asociaciones de dudoso pelaje, y toda una caterva de vividores. 
Y háganme y háganse un favor: 

Ni se tomen este asunto del silbo herreño en serio, ni tomen en serio a sus promotores, ni siquiera a sus voceros. En el fondo, sólo quieren tenerlos entretenidos para que no se preocupen de otros asuntos mas importantes. Maniobras de distracción las llaman.