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viernes, 29 de marzo de 2024 00:00h.

Hasta que marque el Cabildo (Por colectivo LaGomeraSemueve)

La Gomera Se Mueve
La Gomera Se Mueve

Es conocido que no hay almohada mejor mullida y cómoda que una conciencia limpia. Cuando no se tiene, se deben soportar noche tras noche una serie de matraquillas que resuenan chirriantes en forma de incómodas pesadillas que poco ayudan a conciliar el reparador sueño y que incluso de día atormentan conciencias abandonadas de la más mínima higiene moral. 

Cuando esto sucede, la limpieza debe llevarse a cabo cuanto antes a fin de evitar males mayores.

El Cabildo ha comenzado este proceso de “higiene mental”, a tal extremo ha llegado su desesperación que dado el éxito social que ha conseguido LSGM y otros colectivos, ha decidido copiar punto por punto sus líneas de actuación:
- Ha iniciado una campaña de recogida de firmas paralela a la iniciada por LGSM.
- Ha decidido a abandonar su anterior posicionamiento en el que sugería un cambio de nombre para nuestra “miel de palma” (algunos como sirope de palma, guarapo gomero, etc), para ahora apoyar ciegamente dicha denominación.
- Ha copiado el formato ideado por otros colectivos que la defienden como el que indica “Sí se puede decir miel de palma” y que cuenta con varios miles de seguidores. Mucho tiempo después de que haya surgido con éxito esta iniciativa el Cabildo ha propuesto ahora el eslogan “soy miel de palma”.

Pero, ¿por qué esa decisión final de apoyo sincero a nuestra miel?¿No resulta extraño que después de tratar de ir por otros caminos, sugiriendo cambios de nombre para nuestra miel, ahora decidan apoyarla?…¿¿Por qué??

El motivo es ese cansino compañero, su sucia conciencia.

A pesar de que la problemática se conocía y surgió desde comienzos de siglo, el Cabildo sólo se interesó y actuó cuando ya no había remedio:
- El informe presentado en Bruselas sobre la miel fue encargado más de 10 años después, concretamente hace escasamente un año, en mayo de 2013.
- Según información recibida por este colectivo de primera mano, habiendo sido advertidos hace más de 10 años por al menos dos organismos oficiales; el Cabildo dejó pasar el plazo de presentación de excepcionalidades para haber registrado la marca “Miel de Palma” como Denominación de Origen Protegida, lo que hubiese salvado su nombre.

- La defensa escasa sin haber hecho alusión al Reglamento 1169/2011, referencia europea en materia de etiquetado y denominación de productos.
- La eterna promesa de una “Casa de la Miel” desde que fue proyectada y de la que año tras año se nos ha anunciado su inauguración, parodiando la fábula del burro y la zanahoria
Cuatro hechos inmorales, derivados de una dejadez como pocas se conocen, que unidos al enorme revuelo e interés social que se ha levantado contra el cambio de nombre es lo que les ha llevado a querer, ahora que es prácticamente imposible.

Por tanto, fue el propio Cabildo quien, como si de un emperador romano se tratara, pudo levantar su pulgar hace años y haber dado larga vida a la miel de palma. En cambio cruelmente decidió apuntar su pulgar hacia abajo, hiriendo de muerte una denominación cuidada y mimada durante siglos, que ya sólo podremos utilizar como si de delincuentes se tratase, al margen de la ley. Por desgracia pasó igual que cuando apoyaban al petróleo, ahora no lo quieren.

Al Cabildo no le interesa la miel de palma, o ¿es que era imprescindible esperar más de 10 años para sacar una campaña en su defensa?. Del mismo modo que ahora acaba de cambiar de opinión respecto al año pasado, cuando Curbelo dijo textualmente que “si hay petróleo cerca de las islas, debe ser extraído”. Ha nuestro entender habló desde la ignorancia, ya que a día de hoy detesta las extracciones petrolíferas. Suponer con esto que habrá leído sus múltiples contraindicaciones no está del todo confirmado ya que, por contra, adora la idea de abastecer La Gomera mediante un “indestructible” tubo submarino, que jamás se corroerá ni tendrá el más mínimo riesgo de fuga, (entiéndase la ironía).

En resumen, el Cabildo no es una excepción dentro de la crisis político-social en la que estamos y en lugar de ser quien aporte buenas ideas de gobierno, es el pueblo quien se las da. Esto no sería malo, de no ser porque tarda de media varios valiosísimos años en escucharlas, aceptarlas y apoyarlas. En el caso de la miel de palma, sólo queda rezar para que como en la reciente final de Champions, la Unión Europea añada 5 vitales minutos de descuento.