Buscar
jueves, 25 de abril de 2024 16:39h.

Una Gran Fecha

Lo que ante siempre fuera un señalado dechado  de Fiesta Nacional, ha pasado a cambiarse hasta la acera de enfrente, para ir transitando por las obligadas autopistas de la más simple y cotidiana jornada laboral.

Estaba sumiso y ondulado el soberbio lago azul de Galilea.Un trío de indigentes jóvenes pescadores, ante la fija mirada de un cariñoso decano, afanosamente, realizaban sus cotidianas tareas litorales. De pronto, se aproxima hasta ellos, la característica figura de un milagroso Jesucristo.

 

Los recios hijos del anciano Zebedeo, Juan, Pedro y Santiago, extáticos, le admiten en su grupo y, el Divino Rabí Nazareno, amorosamente, les invita a que le sigan y se conviertan  en apostólicos  pescadores de hombres.

A estos tres especiales discípulos suyos, el portentoso Salvador, les tuvo una particular y muy astral predilección.

A Pedro, piedra sobre piedra, le concedió las primeras eternales llaves de su instituida milagrosa Iglesia.

A Juan, le dejó reclinar su juvenil cabeza junto su inflamado corazón, en aquella conocida e histórica noche de la inexcusable última cena.

Y...  a SANTIAGO, le designó, ¡casi nada!, la absorbente herencia de evangelizar a España.

¡Lo que tuvo que luchar, sufrir y padecer, hasta lograr el ardoroso triunfo de llegar a persuadir a los incrédulos habitantes de aquel resuelto pueblo, que ya, a raja tablas, practicaba, unos muy distintos creyentes dogmas religiosos!

Radicalmente exasperado, triste y acerbo, con todas sus escasas energías, a punto del jadeante agotamiento, resueltamente, renegaba de la tan difícil misión a él encomendada.

 

En tal ingrata situación, sobre la firme base de un sólido pilar, se le aparece la Santísima Virgen María, para reanimarle, afirmándole que... “aquella gran Nación, se convertiría en una de las más creyentes seguidoras de la nueva doctrina que él  andaba predicando.

De cuanto hasta aquí, metafóricamente hemos expuesto,  estimados lectores de Gomeraactualidad, han desfilado una buena CANTIDAD DE SIGLOS y, en los vigentes momentos, SANTIAGO, el designado PATRÓN DE ESPAÑA, vadeando a los grandes festejos que en su honor cada año, se llevan a cabo en Compostela y... en algunos que otros diseminados rincones de nuestra patria...casi, casi, pasa plenamente desapercibido.

Lo que ante siempre fuera un señalado dechado  de Fiesta Nacional, ha pasado a cambiarse hasta la acera de enfrente, para ir transitando por las obligadas autopistas de la más simple y cotidiana jornada laboral.

Para mí, personalmente, siempre fue una juvenil fecha muy especial y determinada, puesto que significaba el inicio de unas largas vacaciones escolares, en el internado salesiano de Las Palmas De Gran Canaria.

A estas alturas, ignoro si por una pura contingencia, todavía en vuestro fascinante rinconcito de PUERTO PLAYA SANTIAGO, agradable Municipio de Alajeró, con su Muelle y Aeropuerto Insular, se estarán llevarán a efecto algunos signos de homenaje en su honor, cosa que antaño, si mal no recuerdo,  era todo un animado acontecimiento gomero.

Y, no quiero finalizar el presente comentario, sin  felicitar a todos cuantos lleven este tan simbólico nombre.

¡Esta simple glosa, directo mensaje muy propio de la fecha, ha sido para mí de muy agradable plena circunstancia, ya que, a pesar, de tener en casa a mis dos nietos, LEO y TOM que, gracias a que se encuentran realizando un correspondiente Cursillo de Verano, me ha  permitido el poder ubicarme nuevamente en contacto directo con todos ustedes, los que nos honran con su amable  lectura, motivo por el cual, les quiero hacer llegar la pleitesía de mi más reconocido agradecimiento sincero y personal!

 

                                 ¡Viva el apóstol  Santiago,

                                 pregonero de verdad!

                                ¡Brindaremos con halago,

                                degustando el mejor trago,

                                en aras de la amistad!

 

                                Para Alajeró camino,

                                buscando sólo grandeza.

                                ¡Qué hermoso y lindo destino,

                                que convierte al peregrino,

                                en novio de la belleza!