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jueves, 18 de abril de 2024 20:55h.

“Ascética de lo irracional en el ser humano”

 ¿El ser humano necesita una ascesis o una ascética o una moralidad correcta a nivel teórico y práctico en todo lo que conforma su vida irracional?

¿Entendemos por irracionalidad todo ese complejo de sentimientos, emociones, pulsiones, pasiones, deseos, libidos, percepciones…? ¿Lo que en la tradición clásica moral y espiritual se denominaba ascética del sentido…? ¿Hoy el ser humano necesita una disciplina moral correcta, a nivel teórico y práctico en estos campos?

Diríamos que el ser humano tiene dos grandes niveles o esferas, que están íntimamente interrelacionadas, una sería las racionales o volitivas-intelectuales, dónde entrarían los campos de la libertad, de la voluntad, del entendimiento, de la memoria, de la razón, etc. Y otra sería el nivel irracional que anteriormente hemos indicado como pasiones, deseos, pulsiones, emociones, sentimientos, etc.

Comprendemos y entendemos que no sea un tema al gusto de hoy, pero creemos que como articulista y como observador y como persona debemos dar unas notas sobre esta cuestión:

¿El ser humano para su desarrollo integral necesita un correcto entendimiento sobre estos aspectos de la realidad y por otro lado, una correcta práctica de todos estos niveles?

¿Entendiendo la enorme complejidad de la vida moderna, la enorme cantidad de estímulos, imágenes, conceptos, ideas, percepciones que cada día todo ser humano recibe?

 ¿El ser humano no se domina o conoce o se controla o entiende a sí mismo de forma correcta y adecuada y en la verdad y en el bien y en la bondad? ¿Y por tanto, muchas veces es como una veleta que está a disposición de los aires y vientos y tormentas del momento, que suelen ser siempre sus deseos y pasiones, incentivados por su interioridad, pero también por su exterioridad…? ¿Amplificados por su mundo interior y amplificados por el mundo exterior, es decir, el ambiente, la sociedad, los medios de comunicación, la propaganda, etc.?

¿No controlar de forma correcta todo ese mundo de la irracionalidad humana, es caer en enormes defectos, tanto teóricos como prácticos, que a su vez, después tendrán consecuencias sobre uno mismo y sobre los más cercanos, incluso también sobre la sociedad y en las esferas en las que los humanes se mueven…?

¿Cómo vivimos influye en lo que pensamos, y lo que pensamos influye en la forma de vida y existencia que llevamos o cómo queremos conducirnos…? ¿El ser humano no es un conjunto de partes, sino que todo está interrelacionado, las ideas con las emociones, y todo esto con las pasiones, emociones, deseos, etc.? ¿De multitud de formas y maneras…?

¿Un ser humano que no es capaz de armonizar sus deseos o pasiones o emociones a su racionalidad, en un correcto equilibrio, es una especie de veleta que no es capaz de autocontrolarse…? ¿Puede ser cualquier cosa, porque los deseos y pasiones y necesidades reales o artificiales pueden ser infinitas, cada ser humano tenemos las nuestras…? ¿Ponga usted ejemplos, de las más comunes, a las más excepcionales…?

¿No podemos ignorar la parte irracional del ser humano, pero ésta tiene que estar en armonía con la parte racional, y ambas dimensiones del ser humano, que forman una unidad, actuar de forma conjunta y equilibrada y armoniosa y en armonía, siempre buscando el mayor grado de verdad, bondad, utilidad, sentido común, sentido de la eficiencia, etc.?

¿Muchos negocios terrenales y muchas realidades prácticas no llegan a buen término porque las personas no tienen una suficiente ascética de lo irracional…? ¿Es decir, muchas cosas que los humanes emprenden, sean estudios, trabajos, amores, etc., quizás no lleguen a buen puerto, porque esas personas no tienen un control y autocontrol correcto sobre sus pasiones, emociones, deseos, pulsiones, etc.?

¿Dicho de otro modo, y en terminología clásica, “quizás no nos tengamos un amor correcto y ordenado y adecuado a nosotros mismos o no tengamos un amor correcto y ordenado y adecuado a otras personas o no tengamos un amor correcto y ordenado y adecuado a las cosas creadas por el ser humano o a las cosas de la naturaleza…”?

¿El ser humano no es solo inteligencia, ni entendimiento, ni cerebro, sino que también es carne, y es más, no estamos en un esquema cartesiano de división, sino que la parte irracional va entrelazada con la racional, y la racional con la irracional…? ¿De ahí la enorme necesidad de autocontrol correcto y adecuado, en verdad y bondad y racionalidad de lo irracional en lo racional…? ¿Sentimos porque pensamos, pensamos porque sentimos…, sentimos y pensamos porque deseamos y deseamos porque pensamos y sentimos? ¿Es decir se producen múltiples conexiones o puentes entre las funciones, facultades, potencias del mundo de lo irracional con lo racional y viceversa…?
                     

Por tanto hay que buscar modos y maneras y formas: Para equilibrar el mundo de los deseos y pasiones y emociones con el mundo de la racionalidad correcta, es decir, con el mundo adecuado de la libertad, del querer, del buen querer, de la razón, del entendimiento, de la verdad o del máximo grado de verdad, de la racionalidad en definitiva.

Los deseos, pasiones, instintos, emociones, etc., no pueden ser “el único eje del pensamiento y de las ideas y de los conceptos y de la acción y de los actos”. No podemos negar los deseos y pasiones que tenemos, pero estos los tenemos que equilibrar y armonizar con la justa razón, la justa verdad, la justa bondad, el justo bien… No podemos ser una marioneta en manos de nuestros deseos y pasiones, si a usted le gusta mucho el jamón, si puede y quiere y es conveniente, puede degustar un poco, pero no comerse dos kilos de una vez. Por poner un ejemplo, simple y fácil de entender…

No podemos negar y renegar de la dimensión irracional que somos y nos constituye como esencialidad, pero ésta dimensión que se muestra en multitud de aspectos y formas y maneras debemos equilibrarla con la racionalidad y todas sus facultades. Igual que no solo somos razón o entendimiento, y éste se debe equilibrar con la afectividad correcta, con las pulsiones correctas según el propio estado, etc. El equilibrio del carro y de los caballos en la mitología-concepción platónica.

Hoy vivimos en un mundo, que por lo general, se defiende y se predica no poner límite al mundo de lo irracional, ciertamente en cada persona o en cada individuo lo irracional se concretizará en un campo concreto o en un término concreto. A unos, les gustará un aspecto o realidad, a otros, otro… no todos caemos diríamos en los mismos defectos, ni en las mismas virtudes…

Incluso lo bueno sin medida y sin orden puede caer en ser no conveniente, incluso  malo o negativo o pernicioso. Por supuesto que las circunstancias y situaciones que se producen en el ámbito de la realidad humana, individual y colectiva son casi infinitas, pero diríamos que quizás tener claro una serie de principios mínimos sea necesario, porque fundamentan todo el edificio de la realidad humana. Pero no solo moral o ética, sino que lo moral y ética se mezcla y se combina con cualquier aspecto de la realidad. Quizás el ser humano sufre muchos sufrimientos y angustias y penas y desesperanzas y desalientos y desesperaciones y fracasos por no saber o no querer saber o no saber adecuar de forma correcta el mundo de lo irracional con lo racional y lo racional con lo irracional. Es decir equilibrar y armonizar la voluntad con la libertad y la razón y éstas con los deseos, las pasiones, los instintos, las pulsiones… Y todos formando multitud de lazos, puentes, túneles, vías, etc.

La correcta adecuación del mundo de lo irracional, tiene que ser poco a poco, primero buscar ideas correctas de actuación, después irlas aplicando poco a poco. Ser muy prudentes porque existen multitud de personas e ideologías que prometen la liberación de los seres humanos y los meten en cárceles teóricas e ideológicas, y muchas veces prácticas, incluso a veces, sectas en sentido estricto. Por lo cual, hay que tener mucho cuidado con los liberadores, salvadores, los que prometen la sabiduría y la paz y la armonía basándose en ideas antiguas, que mezclan con métodos orientales u occidentales. Ser muy prudentes porque en los caminos del espíritu, en los caminos de la moral hay muchos embaucadores, muchos ladrones del alma de los demás, muchos explotadores que con grandes ideas llevan a los seres humanos a puertos sin salida…

Por tanto, una ascética prudente y correcta, adecuada, según edad y según estado de vida de cada uno, parece hoy más necesaria, siempre en una ética correcta, verdadera o lo más verdadera posible, una moral que haya sido probada durante siglos su eficiencia y eficacia, su racionalidad, su normalidad. Alejarse y no caer en extravagancias, ni en singularidades especiales, ni en excepcionalidades, sino reglas que sean de sentido común, que sean lo más verdaderas posibles según los conocimientos que disponemos, reglas que no hagan cambiar a los seres humanos de sus estados normales de vida y de existencia, que pueden llevar su vida normal y rutinaria, siguiendo sus oficios y profesiones y en sus familias, lo único que esas normas le darían más autocontrol, más paz, más sosiego, más tranquilidad… huir de todo lo que no sea racional, de lo que no haya sido probado, no hay que irse a Oriente para llevar una vida más moral y más racional, no hay que caer en cultos o en ideologías últimas o minoritarias o radicales o extravagantes o cualquier otra cosa. La cultura occidental tiene suficiente riqueza, también en los campos del conocimiento de la moral y de la verdad y de la sabiduría de la vida y del propio existir…

El ser humano cuando conoce de forma adecuada su mundo irracional y su mundo racional, cuándo equilibra y armoniza ambos mundos, cada uno según su estado de vida, según su edad, según su profesión, según su género, según sus circunstancias… cuando el ser humano llega a un equilibrio entre estos dos mundos, a nivel teórico y práctico, según un mayor grado de verdad, bondad, belleza, utilidad, racionalidad, sentido común… alcanza un mayor sosiego y paz interior y exterior, y sobretodo evita multitud de males, sufrimientos, angustias, sobre él o ella misma, sobre los más próximos y de alguna manera, de muchas maneras y formas, sobre la sociedad. Soy consciente que este tema o cuestión es muy arduo y quizás difícil, pero quizás aquí podría usted tener una pequeña introducción, para usted continuar profundizando en esta cuestión…