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viernes, 17 de mayo de 2024 03:40h.
Opiniones

Hacer turismo en casa

Carmen Coello Mi lugar Playa de Santiago Salvo por necesidades familiares cada vez viajo menos.

Carmen Coello

Mi lugar Playa de Santiago

Salvo por necesidades familiares cada vez viajo menos. La crisis, la comodidad y el hacer y deshacer maletas me provocan un pavoroso ganduleo que hacen que me plantee salir fuera de las islas.

En estos tiempos, como la mayoría, dominas un poco el mundo virtual y puedes pasear por El Planeta y absorber todas las imágenes que desees: desde el mayor de los museos, pasando por las ciudades de ensueño, hasta al rincón más perdido del territorio mundial. Eso sí, te pierdes los sabores y los olores, pero aquí en nuestras islas cada día puedes descubrir una imagen, un olor o un sabor diferente.

Conozco todas y cada una de las islas de este archipiélago aunque me queda pendiente un viaje a La Graciosa y he escogido, desde hace unos años, La Gomera como refugio de: paz, sosiego, buen comer, amistades y tiempo perfecto.

Alguien urbana como yo, que nunca había vivido fuera de su ciudad, Santa Cruz, ha descubierto otro ritmo de vida, un pasar lento del reloj sin sobresaltos. Te conviertes de repente en un ser privilegiado, que posee a su alcance todo lo que la sociedad de la comunicación te proporciona pero casi sin ningún tipo de estrés, con cadencia a ritmo de tambor y chácara.

Cada dos o tres meses vuelvo y sea invierno o verano añoro: esos días de playa y silencio, esos días de luz y lectura, esos días de serenidad y buena gente.

Se acerca el día San Juanito, está a la vuelta de la esquina y empieza el circuito de fiestas veraniegas, que sin tener grandes aspiraciones te alegra la vida y te proporciona un ambiente agradable que no haces más que añorar durante todo el año.

El verano ha llegado y me siento obligada a publicitar cada uno de los rincones de La Gomera como agradecimiento a la isla y su magnífica acogida. Resulta toda una aventura recorrer sus montes, sus escondrijos -bañados por Los Alisios- llenos de flores, sus playas de agua cristalina que te sorprenden por su transparencia; todo el paisaje es cambiante y nunca paras de descubrir algo que te emociona por su belleza.

Un poquito de egoísmo te hace a veces pensar en no contar las maravillas de aquello que disfrutas, para que no se llene de gente; pero creo que es injusto no compartir con los demás tus vivencias y que tus amigos sepan algo de aquello que se ha convertido en un paraíso personal.

Pese a los momentos duros que vivimos, la alegría de las gentes no decae y en escasos dos meses no paras de ver día tras día fiestas y más fiestas donde Las Orquestas Gomeras forman parte activa del paisaje y deslumbran al visitante con su alegría y con la complicidad de sus paisanos.

Esta próxima semana empezaremos con San Juanito en Tecina, Benchijugua y su pequeña romería. Esta última en un lugar al que sólo se accede por una pista y donde cada año, en un pequeño pueblo deshabitado, se reúnen cientos de paisanos y comparten alegrías, música y comida; mucha comida. Y así durante todo el estío.

El sol, el mar y la tranquilidad pueden ser la medicina que necesitamos para desprendernos, por unos días, de la dura realidad que nos está tocando vivir.

Así que si te has planteado pasar unos días inolvidables, viaja a la Gomera; estaré en Playa de Santiago.