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viernes, 26 de abril de 2024 00:00h.

De tal palo, tal astilla

Como ustedes saben Pablo Iglesias Possé, es considerado como el padre del Socialismo español desde 1.879.  A pesar de su ideología y críticas al Capitalismo, cuando viajaba en tren solía comprar un billete de primera clase (entonces no había aviones ni cruceros de lujo

Pero, para guardar las apariencias, hacía lo siguiente: subía al convoy por un vagón de tercera clase, después de despedirse en el andén de los amigos que había ido a acompañarle, quienes podían constatar la responsabilidad y congruencia de quien predica con el ejemplo.

Una vez en marcha, se desplazaba hacía el vagón de primera clase donde ocupaba su asiento para ser atendido como merecen todos los que él criticaba en sus arengas. Antes de llegar a su destino, hacía la misma operación en sentido inverso, y bajaba del tren por el vagón de  tercera clase, ayudado y agasajado por quienes iban a recibirle.  

Al actual Pablo Iglesias, de Podemos, le pusieron ese nombre en honor del Fundador y, en algunos detalles, no se equivocaron; también le gusta el lujo. Apenas ha tardado un mes en demostrarlo. El próximo día 23 va a ofrecer un Desayuno informativo en el Hotel Ritz de Madrid, por donde han pasado todos lo presidentes de la Democracia, amén de otras representaciones de la política nacional.

No lo paga él, ni el Partido, sino que ha aceptado el patrocinio de unas empresas que, de la misma forma, critica como integrantes del Capitalismo contra el que, dice, lucha y quiere vencer. Y no se trata de que no haya otro lugar adecuado al estatus que, dignamente, defiende su ideología de igualdad para todos. Hay varios locales, entre ellos la sede de la cadena Telek, ubicado en Vallecas, y donde Pablo Iglesias ya ha participado en otros eventos. 

Dada la situación, debería, al menos, emular a su mentor, y entrar en el Hotel Ritz por la puerta de servicio, saludando al personal, para luego desplazarse tranquilamente hacía su asiento reservado en primera clase. Quizá así engañaría a más de uno, aunque no sé, me da la sensación de que su aspecto inmaduro lo delata.