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jueves, 28 de marzo de 2024 08:29h.

Canarias no registra ningún caso de reacción alérgica a la vacuna contra la COVID-19

Los facultativos recordaron que los efectos secundarios descritos para estas vacunas son los habituales y se dan en cuadros leves: febrícula, dolor muscular, inflamación y dolor de cabeza, entre otros.
Amos García durante el Encuentro
Amos García

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias celebró esta mañana un nuevo Encuentro Digital abierto a la ciudadanía y a los medios de comunicación centrado, en esta ocasión, en resolver dudas sobre las posibles reacciones alérgicas y contraindicaciones de los distintos tipos de vacunas contra la COVID-19 que se están administrando a la población en estos momentos.

En la charla virtual de hoy viernes, el jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública y presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García, y la alergóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias y vocal de la Sociedad Española de Alergología, Paloma Poza, confirmaron que en Canarias no se ha registrado ningún caso de reacción alérgica tras la administración de la vacuna contra esta enfermedad.

Durante el Encuentro Digital, Amós García recordó que las vacunas contra la COVID-19 son seguras y efectivas, ya que cuentan con la validación y autorización de agencias internacionales encargadas de velar por la seguridad de los medicamentos. Insistió en que la vacuna cuenta con la autorización de la Unión Europea, siguiendo el procedimiento establecido por la Agencia Europea de Medicamentos por el que se determina si cada vacuna es segura y eficaz para su uso en la población.

En este contexto, Paloma Poza explicó que las vacunas contra la COVID-19 que actualmente se están dispensando tienen, en principio, las mismas reacciones que cualquier otra vacuna: febrícula, dolor muscular, inflamación y dolor de cabeza, entre otros, y sólo está contraindicada en personas con alergia conocida de base a algún componente de la vacuna.

“En ningún caso se debe dejar de vacunar de forma general a las personas porque hayan tenido reacciones graves a fármacos o alimentos”. Así, explicó que, en el caso de que alguna persona sea alérgica a alguno de los excipientes de una vacuna en concreto, se estudiará su caso y se buscarán vacunas alternativas que no contengan ese componente.

Poza también recordó que los pacientes con alergias alimentarias o respiratorias pueden recibir estas vacunas, ya que no se han descrito contraindicaciones ni riesgo de reacciones alérgicas en este caso.

“Para recibir la vacuna de la COVID-19, como con cualquier otro tipo de vacuna, hay que tener la enfermedad de base controlada (como el asma o la urticaria) para evitar problemas en forma de empeoramiento de éstas y manifestándose como reacciones adversas producidas por la vacuna”, matizó Poza.

También explicó que el protocolo establece que, en el caso de personas con alguna alergia de base, el tiempo de observación tras recibir la vacuna se extiende a los 45 minutos en lugar de los 15 habituales, pues es el tiempo que se estima que se puedan producir este tipo de reacciones.

Por su parte, Amós García incidió en que la Estrategia nacional de vacunación contempla la recomendación de consumir paracetamol el día previo a la administración de la vacuna de AstraZeneca para minimizar las posibles reacciones, como se hace habitualmente con las vacunas de otras enfermedades.