Bretón ni se inmuta ante la hoguera de la finca con los restos óseos

Entrada finca Las Quemadillas de Bretón.
Hace casi un año, la policía científica dictaminó que las muestras eran de animales

El registro en la finca de Las Quemadillas, propiedad de la familia Bretón, para recabar elementos y pruebas que esclarezcan datos en torno a la hoguera donde hallaron restos óseos de niños según dos informes, ha concluido pasadas las 11.00 horas de este martes 28 agosto 2012 sin que se haya interrogado a José Bretón, padre de los niños desaparecidos desde el 8 de octubre de 2011.

José Bretón llegó a las 9.00 horas a la finca y, según ha declarado su abogado José María Sánchez de Puerta, ha asistido «con tranquilidad» al nuevo registro solicitado por el juez del caso, José Luis Rodríguez Lainz para comprobar «si efectivamente son restos humanos» los que contenía la hoguera de la finca.

La Policía «ha recogido muestras de tierra, la mesa de hierro, palas y utensilios por orden del juez», ha añadido el abogado señalando que Bretón, que no ha tenido que responder a las preguntas de los agentes, aunque ha insistido en que le parece una «aberración» que se le relacione con el asesinato de sus hijos.

EL MINISTRO DEL INTERIOR

Este lunes 27 agosto 2012, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha señalado que dos de los tres informes efectuados sobre los restos óseos hallados en la finca de las Quemadillas, propiedad de la familia de los menores Ruth y José, desaparecidos en Córdoba, dictaminan que son de seres humanos de corta edad.

En una comparecencia en la sede de Interior para exponer los últimos datos que han trascendido sobre el caso de Ruth y José, Fernández Díaz ha detallado la existencia de tres informes sobre los restos óseo de la finca de las Quemadillas, dos de ellos que contradicen la primera hipótesis de que se trataba de restos animales.

'Un error científico'

El ministro del Interior ha recalcado que fue la propia Policia quien "encargó" un tercer informe ante la existencia de un segundo dictamen externo que contradecía las tesis de la Policía Científica y que fue realizado por el antropólogo Francisco Etxeberría, subdirector del Instituto Vasco de Criminología a instancias de la madre de los pequeños, Ruth Ortiz.

La filtración este lunes del segundo informe que refutaba las tesis de la Policía Científica ha dado una vuelta de tuerca al caso. Las conclusiones del forense sobre los restos de la hoguera han sido recibidas por la Policía como un auténtico "mazazo". Y han motivado que se haya decretado de nuevo el secreto de sumario y la comparecencia del ministro de Interior para explicar los nuevos detalles de la investigación.

Al respecto, el titular de Interior ha pedido "no adelantar acontecimientos" porque aún deben clarificarse las contradicciones de los tres informes en poder del juez. "Si un informe se equivoca, es un error científico", ha señalado.

No obstante, ha revelado que la Comisaría General de Policía Científica ha recibido este lunes un nuevo documento en el que, según fuentes del Ministerio, se detallarían los procedimientos de investigación llevados a cabo durante el primer informe.

En cualquier caso, Fernández Díaz ha insistido en que "no se trata de acusar a nadie, sino de aclarar la verdad de los hechos, no de depurar responsabilidades". El ministro ha defendido que, "en todo caso, cuando un científico hace un informe, lo hace con su buena voluntad". "El mejor escribano hace un borrón", ha concluido.

Los tres informes

El pasado 10 de noviembre, la Policía Científica elaboró un informe pericial a partir de la inspección ocular y las muestras de la hoguera recogidas en la finca de las Quemadillas, que estableció que los restos encontrados "eran huesos de pequeños animales", en palabras del propio ministro. El fuego lo había hecho José Bretón, padre de los pequeños y principal sospechoso de la desaparición de los menores.

Tras los resultados, la Policía abrió "múltiples, intensas y variadas" líneas de investigación. Así, del rastreo del móvil del propio Bretón, se pudieron reconstruir los lugares que había visitado el 8 de octubre, día en que avisó a la Policía "de que había perdido" a sus hijos. Gracias al teléfono de Bretón, los investigadores supieron también que "había contactado con una empresa de adopción estadounidense", tal y como ha informado el titular de Interior.

José Bretón está en prisión desde el 21 de octubre acusado de dos delitos de detención ilegal por desaparición de menores y otro de simulación de delito. El juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Laín, baraja que se deshiciera de sus hijos en el trayecto que va desde las Quemadillas, la finca propiedad de su familia, hasta el circuito deportivo.

Conclusiones de Etxebarría y tercer informe

Según el relato de Jorge Fernández, la familia de Ruth Ortiz solicitó en agosto al juez los restos de la finca para un examen forense independiente, que llevó a cabo el antropólogo Francisco Etxeberría, subdirector del Instituto Vasco de Criminología. El experto determinó el pasado 17 de agosto se trataba de restos humanos y no de "pequeños animales" como había dictaminado el primer informe pericial.

Los restos no han podido ser sometidos a las pruebas de ADN, puesto que provienen de una hoguera que fue manipulada con una placa de hierro y acabó convirtiéndose en un auténtico "horno de cremación con temperaturas de hasta 800 ºC", en palabras del ministro.

Las conclusiones de Etxebarría motivan que la Policía encargue un tercer informe al prestigioso experto en antropología dental José María Bermúdez de Castro, que emite un informe "con una rapidez inusitada y grandes coincidencias con lo dictado por el experto forense", según el ministro de Interior. Sus conclusiones respaldan la tesis del origen humano de los restos que aventuró Etxeberría y, más aún, establecen que "corresponden a un niño de 6,22 años". Los mismos que la pequeña Ruth.

Bretón dice que es «totalmente falso e imposible» que los restos sean de sus hijos

José Bretón, el padre de Ruth y José, alega que "es totalmente falso e imposible" que en la hoguera podría haber restos óseos de sus hijos, desaparecidos desde el 8 de octubre, al tiempo que lo niega todo, según su abogado, quien cree que Bretón en "su foro interno está convencido de que esos no son sus hijos, ni de que haya restos humanos" en la hoguera de Las Quemadillas.

Así se ha defendido este lunes el padre de los niños, a través de su defensa, José María Sánchez de Puerta, quien lo ha visitado en la prisión tras conocer los últimos informes periciales. A tal efecto, el letrado advierte de que "si ahora la Policía diera marcha atrás y dijera que se ha equivocado en los dos informes emitidos, habría que decir cuatro palabras fuertes a la Policía Científica", dado que en los informes policiales se probaba que los restos óseos analizados en la hoguera de la parcela cordobesa eran de animales, algo que el juez, tal y como recuerda el letrado, "ha admitido desde un primer momento".

De este modo, Sánchez de Puerta se pregunta si "ahora la Policía ya no tiene solvencia ninguna o lo que la Policía ha hecho con sus medios no tiene valor ninguno", motivo por el que espera que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, "no ponga en tela de juicio la labor que la Policía Científica ha efectuado durante estos diez meses", porque, "no olvidemos que la Policía Científica tiene unos medios enormemente efectivos para detectar esta clase de acontecimientos", a juicio del abogado.

Además, agrega que el juez del caso, José Luis Rodríguez Lainz, "en los muchos autos que ha dado hasta ahora, siempre ha venido reconociendo la hoguera como una falsa pista que Bretón había confeccionado, y sobre todo, ha admitido desde un primer momento que los restos orgánicos que había en la parcela no eran de personas".

En cualquier caso, da por hecho que si fueran ciertos los nuevos informes tendrían que cambiar las imputaciones sobre Bretón, de detención ilegal y simulación de delito a "dos delitos de asesinato con alevosía y el agravante de parentesco". Luego, "el panorama cambiaría ostensiblemente y la defensa sería totalmente distinta", algo de lo que Bretón es "consciente" y espera que "nunca se llegue a ese extremo".