La Policía investiga la muerte de una niña que Ana Julia cuidó en Burgos

La menor cayó por una ventana y el deceso fue considerado "accidental", pero tras su detención por la muerte de Gabriel se revisará el caso, según han indicado fuentes de la Policía Nacional

La Policía Nacional ha comenzado a indagar en la muerte de una niña en Burgos a la que Ana Julia Quezada, detenida por la muerte de Gabriel Cruz, cuidaba cuando vivía en esta ciudad, según ha adelantado 'El País' y han confirmado fuentes policiales.

La menor cayó por una ventana y el deceso fue considerado "accidental", pero estas mismas fuentes aseguran que en un primer momento se barajó que alguien la hubiese tirado "porque el edificio tenía contraventanas difíciles de abrir". Desde la Policía Nacional no confirman por el momento si durante la investigación se investigó a Ana Julia como sospechosa, pero sí aseguran que los agentes revisarán el caso tras las últimas revelaciones.

Aunque todavía se desconoce la fecha exacta en la que se produjo este primer suceso, fuentes policiales apuntan a que habría ocurrido antes de que Ana Julia se mudara en 2014 a Las Negras, en Almería. Los agentes están recabando ahora la mayor información posible sobre el paso de Quezada por Burgos, donde en la actualidad reside una hija suya de unos 20 años.


Las dos caras de Ana Julia: junto a los padres en las búsquedas y con el niño en el maletero

La mujer detenida por la Guardia Civil llevaba tiempo saliendo con el padre de la víctima y supuestamente estaría relacionada con la muerte del menor

Ana Julia, que mantenía una relación con el padre de Gabriel desde hace alrededor de un año, fue detenida este domingo en la localidad de Vícar como presunta autora de la muerte de Gabriel Cruz. Las fuerzas de seguridad han encontrado el cadáver del niño de 8 años en el maletero del su coche cuando trataba de trasladarlo desde un pozo en el que habría permanecido escondido desde su muerte. "No he sido yo. He cogido el coche esta mañana", ha gritado a los agentes antes de su arresto.

Los investigadores comenzaron a dudar de su relato el pasado sábado 3 de marzo, cuando Quezada afirmó haber encontrado una camiseta interior de color blanco de Gabriel mientras caminaba junto al padre del desaparecido por las inmediaciones del municipio en el que se vio por última vez al menor.

Dos días después, los agentes confirmaron que esta prenda contenía restos de ADN del niño, pero pusieron en duda la forma en que se había hallado la misma. Asimismo, la mujer se convirtió en la principal sospechosa del caso después de decir a los agentes que había extraviado el teléfono móvil hasta en dos ocasiones cuando estos se lo pidieron para las pesquisas.

Con el hallazgo del cadáver y el traslado de Quezada a la Comandancia de Almería se ha puesto fin a doce jornadas de angustiosa búsqueda de Gabriel, en la que según los datos de la Delegación del Gobierno en Andalucía, han llegado a trabajar 1.487 profesionales y 2.574 voluntarios, entre ellos la propia detenida.