Rajoy asegura que la infanta Cristina es inocente

“Le irá bien, estoy convencido de su inocencia” y pidió que se respete ese principio, además, salió en defensa del Rey, “que también es una persona, un padre” que lo pasa mal por los problemas de sus hijos".-dijo Rajoy

 

 

elconfidencial.com._Mariano Rajoy tiene un plan para Cataluña, pero pide que no se adelanten acontecimientos. Por ahora, toca crecimiento económico, estrechar lazos, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes y garantizar que no habrá consulta ni independencia de ningún territorio español. El Estado está “preparado para cualquier cosa”, afirmó anoche en Antena 3 el presidente del Gobierno ante el desafío secesionista de Artur Mas.

La entrevista concedida a la televisión formaba parte de la ofensiva de imagen del jefe del Ejecutivo para empezar el año con las buenas nuevas de la recuperación económica, y a ello se entregó Rajoy ante las preguntas de la presentadora, Gloria Lomana. Pero también aprovechó los 35 minutos del programa para lanzar un previsible mensaje de firmeza frente al reto independista y otro más inesperado de apoyo a la infanta Doña Cristina: “Le irá bien, estoy convencido de su inocencia”.


La réplica al proceso abierto por el frente nacionalista en Cataluña fue la misma de los últimos meses, basada en el principio de que la soberanía del pueblo español no es negociable y en el compromiso de frenar cualquier intento de secesión. No quiso concretar más porque “no hay que adelantar acontecimientos”. Como si no se acabara de creer que Mas y Junqueras sigan en la carrera hacia la consulta y más allá, pero dejando caer que tiene prevista la respuesta a cada paso que puedan dar contra el orden constitucional. “No habrá referéndum ni independencia mientras yo sea presidente del Gobierno”, fue la principal novedad que aportó a su discurso en la materia.

Rajoy se mojó mucho más al salir, casi de pasada, la imputación de la infanta Doña Cristina en el caso Nóos dentro del capítulo de la corrupción. Nada de limitarse a proclamar el habitual respeto a la Justicia. El jefe del Ejecutivo se mostró seguro de que “le irá bien” (porque está convencido de su inocencia), pidió que se respete ese principio y, además, salió en defensa del Rey, “que también es una persona, un padre” que lo pasa mal por los problemas de sus hijos. “El Rey está siempre al pie del cañón”, remachó en defensa de Don Juan Carlos y de la Monarquía.


Esforzándose siempre en transmitir tranquilidad, amabilidad, y hasta firmeza cuando abordó el desafío independentista, Mariano Rajoy respondió con una ratificación de sus ministros en los cargos actuales cuando salió el asunto de una posible crisis de Gobierno. Citó por su nombre a los más cuestionados por la oposición para alabar su “coraje” y decisión para aplicar las reformas encomendadas. Empezó por Cristóbal Montoro por haber embridado el déficit público y equilibrar las cuentas y siguió por José Manuel Soria, José Ignacio Wert y Alberto Ruiz-Gallardón. “Estoy contento”, dijo sobre su gabinete además de confirmar que está dispuesto a no cambiarlo. Salvo que no tenga otro remedio.

En la reforma del aborto se puso más a la defensiva. Recordó que es un compromiso de su programa electoral, que el texto está ahora sometido a la consulta de los órganos constitucionales y que procurará buscar el acuerdo dentro de su partido (se supone) bajo la doctrina emanada del Tribunal Constitucional. Se refería a la sentencia correspondiente a la ley de 1985, la aprobada por Felipe González que José María Aznar no tocó pero que Zapatero cambió para introducir el modelo de plazos, el concepto del aborto como derecho de la mujer y la posibilidad de que las menores lo practicaran sin conocimiento de los padres.


Sobre el constante choque con el PSOE en cada reforma puesta en marcha y el afán de los socialistas de conjurarse con el resto de la oposición para derogar cada ley que aprueba el PP en cuanto vuelvan al poder, Rajoy se limitó a comentar que él se ha puesto de acuerdo con Alfredo Pérez Rubalcaba en asuntos tan importantes como la política europea y, sobre todo, en la defensa de la soberanía nacional frente al empeño de los nacionalistas catalanes de romper España.

En el capítulo de la política económica confirmó cierta inconcreta rebaja de impuestos para 2015 y la esperanza firme de que cuando termine la legislatura haya más españoles con puesto de trabajo que cuando él llegó al poder. El reto está en crear 650.000 empleos en dos años.