“Mujeres de sal entre dos orillas”, la emigración canaria desde una perspectiva de género

Una iniciativa sociocultural busca hacer visible el fenómeno de la emigración a Cuba, rescatando las experiencias de las mujeres que se quedaron en Canarias esperando el regreso de sus maridos

“Mujeres de sal entre dos orillas” es una iniciativa sociocultural que busca hacer visible el fenómeno de la emigración canario-cubana, desde una perspectiva de género, rescatando la experiencia de las mujeres que se quedaron en Canarias al emigrar sus maridos, padres o hermanos, viviendo las consecuencias derivadas de la emigración familiar o temporal.

El proyecto pretende rescatar y difundir el valor de estas experiencias migratorias. 

Iris Carballo Déniz, educadora social  e investigadora, es la promotora del  proyecto que comparte con Mario Ramírez Cabrera, especialista en Historia  de América. Iris Carballo dice a Carta  de España: “Durante 4 años emprendí  un viaje desde México a La Patagonia,  pasando por algunas islas del Caribe y  rastreando la huella de los canarios en  el continente, encontrando ecos de la  realidad entre las dos orillas insulares,  documentando y recogiendo versiones  aisladas de un mismo fenómeno migratorio. Obviamente el paso por Venezuela y Cuba aportó referencias mucho más  vívidas que en el resto del continente y  concretamente en Cuba tuve la suerte  de ser recibida entre otros por la Asociación Canaria de Cuba”. 

LA HISTORIA DE ELADIO 

La idea primigenia surgió con la historia de Eladio: “La suerte quiso que diera  con Eladio, un cubano de ascendencia  aruquense –añade Iris Carballo–. Me  contó que su abuelo, una vez emigra do a Cuba, tuvo descendencia allí: sin  embargo, había dejado familia en Gran  Canaria. Comenzó a picarme la curiosidad e indagué en estos casos oscurecidos por décadas de olvido. Cuando  regresé a Canarias me di cuenta de que  la perspectiva desde las islas es otra:  ellos se fueron, ellas se quedaron. Detecté la necesidad de estas mujeres de  encontrar su papel en la historia y la  voluntad de los cubanos descendientes  de canarios de reencontrarse con sus  familiares”. 
Iris también nos explica la denominación: “Mujeres de Sal” es porque la sal en el mundo es el símbolo de la vida y las mujeres son las que dan la vida. La sal es un elemento permanente, mantiene in eternis aquello que no queremos que desaparezca. Además en Canarias existe la expresión “me desalo” que quiere decir “me asusto” y una de desala cuando se le para el corazón.

 
EXPANSIÓN A OTROS ÁMBITOS 

Sobre la posible expansión del proyecto a otros municipios canarios, tanto dentro de Gran Canaria como a otras islas Iris, apunta: “Decidimos que no queríamos limitarnos solamente a Arucas. Además, con mi compañero Mario Ramírez hemos decidido hacer un documental con todas las historias que hemos  rescatado. Otro de los municipios en los  que queremos centrarnos es Santa Brígida. Además queremos extenderlo al  resto de municipios y a las demás islas.  Por ahora nos centraremos en Arucas,  Santa Brígida, Teror y Moya –todos en  Gran Canaria– que es donde más descendientes de emigrante hemos contactado en nuestro reciente viaje a Cuba”. Por la literatura migratoria canaria se  conoce que la ciudad de Cabaiguán, en  Cuba, es la que más emigración vivió  desde mediados del siglo xix.

Después visitarían Jovellanos, en Matanzas; y Jagüe, donde no dejaron de rescatar  historias de descendientes canarios:  “Sienten Canarias como si la conocieran –añade Iris Carballo–, con nostalgia y amor; cocinan la comida de sus ancestros, hablan en detalle de las islas. Nosotros veníamos a buscar las causas  del no retorno, el porqué ellos no volvieron… pero lo importante es que la  mayoría de esos descendientes desean  conocer a sus familias en Canarias”. 

VOLVER A CANARIAS 

Sobre la posibilidad de que los descendientes conozcan la tierra de sus  antepasados, se muestra esperanzada: “Es una de las ilusiones que  compartimos con ellos. De momento  estamos poniendo todas nuestras  energías en traer al grupo de teatro  Renacer, con una obra que sirve de  difusión de nuestras historias, brindándoles la oportunidad de conocer la  tierra de sus familiares, pues estamos  hablando en su mayoría de personas  de más de 75 años. Esto lo tenemos  encaminado con la Asociación Canaria  de La Habana”. Dado que cada pasaje  ronda alrededor de los mil euros, salta  a la vista que “Mujeres de Sal” precisa  de toda la ayuda posible, tanto de instituciones públicas como privadas, si  no en forma de dinero, sí de pasajes o  patrocinios.