Turquía y Siria: sigue aumentando preocupantemente el número de muertos

Las autoridades confirman ya más de 22.000 fallecidos entre ambos países por los movimientos sísmicos ocurridos en la frontera turco-siria

La cifra de muertos por los terremotos sufridos el lunes en la zona fronteriza entre Turquía y Siria supera ya los 22.000, según los datos ofrecidos por las autoridades de ambas naciones y los Cascos Blancos, el grupo de asistencia que ayuda en las tareas de rescate en el territorio sirio controlado por los opositores al régimen de Bachar al-Asad. 

La tragedia se sigue asentando como una de las más graves del siglo. El principal seísmo ocurrido, de 7,8 grados en la escala Richter, con más de 430 réplicas, golpeó duramente la provincia turca de Gaziantep y se sintió de manera importante en una franja comprendida entre las ciudades sirias de Alepo y Hama y el enclave turco de Diyarbakir, más de 330 kilómetros al noreste de Siria, generando desgracia y devastación. Las condiciones de rescate están siendo duras por el gran daño material ocasionado por los movimientos telúricos, con más de 6.500 edificios colapsados solamente en Turquía como informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), y por las inclemencias meteorológicas en pleno invierno. Después de cuatro días desde que se desatase el desastre natural, las esperanzas de seguir encontrando a supervivientes se agotan por la falta de alimento y las duras condiciones para poder mantener la vida entre todos los edificios destruidos. 

Unos 100.000 efectivos trabajan sobre el terreno en territorio turco y sirio en labores de rescate, incluidos voluntarios, pero en algunos casos los trabajos se han suspendido ante la falta de esperanza de encontrar supervivientes. Ankara dio por terminados los trabajos de búsqueda de supervivientes en las provincias de Sanliurfa y Kilis y están casi terminados en Diyarbakir, Osmaniye y Adana. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, manifestó que también hay 380.000 personas sin hogar que han tenido que recurrir a varios centros públicos e incluso a infraestructuras de empresas para poder cobijarse y acceder a diversos suministros. 


El Gobierno turco ha elevado este viernes las cifras a más de 19.000 fallecidos y más de 74.000 heridos. En Siria se ofrecen unas cifras de muertos y heridos que pueden crecer todavía más exponencialmente que en Turquía por las dificultades intrínsecas existentes en un país como el sirio que sufre desde 2011 una guerra civil que enfrenta al Gobierno de Bachar al-Asad con la oposición. El país turco cuenta con mayores recursos y una situación diplomática mejor para poder acceder a la ayuda internacional. La situación contrasta con la del país sirio, sobre el que pesan sanciones internacionales por la dura represión ejercida por el régimen sobre el sector opositor. En el país de Oriente Medio hay más dudas sobre el recuento de víctimas por las difíciles condiciones allí ante el azote de la guerra civil y la mayor falta de control. 

En Siria, el número de víctimas mortales supera las 3.300, de ellas unas 2.000 en las zonas controladas por los rebeldes. “La situación es horrible”, señaló Mousa Zidane, portavoz de los Cascos Blancos, en declaraciones efectuadas al diario El País. 


Siria lleva doce años padeciendo una guerra interminable que todavía mantiene regiones en conflicto con la implicación de diferentes contendientes: opositores políticos al Gobierno de Damasco, organizaciones kurdas respaldadas por los Estados Unidos que son perseguidas a su vez por Turquía y elementos terroristas yihadistas que son hostigados por el poder, cada uno con sus diferentes apoyos e intereses. El control del territorio está dividido: la parte más extensa, al sur, está en manos del Gobierno, que preside Bachar al-Asad, y el resto está repartido en diversas provincias fuera del control del Ejecutivo que sufren bombardeos cotidianos de las Fuerzas Armadas sirias que cuentan con el apoyo del gran aliado del régimen que es la Rusia de Vladimir Putin. Precisamente, el presidente ruso remitió un destacamento de cientos de soldados para ayudar en las labores de rescate en Siria. 

Una de las provincias rebeldes es Idlib, próxima a la frontera turca por el norte y a la ciudad de Alepo por el sur, con una población de cuatro millones de habitantes, gran parte de ellos refugiados y desplazados por la guerra civil. Ha sido una zona muy golpeada por el seísmo y es allí donde se cree que estén sepultados entre los escombros quizás millares de víctimas todavía por descubrir. Es una región pobre, destruida y bloqueada tanto desde el exterior por las fuerzas sirias como desde el interior por los propios rebeldes que resisten antes las fuerzas de Al-Asad. Esta situación impide la llegada normal de ayuda urgente tanto de los servicios socorro nacionales como internacionales. Una asistencia que sí ha podido llegar poco a poco de momento. Ciertas vías de acceso están restringidas, aunque en Idlib está accesible el paso de Bab al-Hawa que comunica con la zona de Gaziantep, epicentro de los terremotos. 

La ONU se encuentra en negociaciones con el Gobierno sirio para poder llevar asistencia humanitaria que tiene almacenada dentro del país hasta la región del noroeste controlada por grupos rebeldes y que ha sido una de las más afectadas por el terremoto del pasado lunes.

Todo ello en medio de las dificultades que hay para el transporte transfronterizo de ayuda desde Turquía por el daño que han sufrido las vías terrestres. “Las negociaciones para enviar convoyes (que atraviesen las líneas que separan las zonas controladas y no controladas por el Gobierno) continúan, pero entiendo que el Gobierno ha aceptado esto como una medida de emergencia”, señaló el representante en Siria de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Sivanka Dhanapala, como informó la agencia EFE. 

 

Más de 45 países ordenaron el envío de material y personal de ayuda y rescate a Turquía y Siria. Entre los que se encuentran naciones como Estados Unidos, Israel, Alemania, España, etc. La solidaridad internacional se mostró al poco de sufrirse los movimientos sísmicos. Aunque el principal perceptor de ayuda ha sido hasta el momento el país turco. 

Este mismo jueves, un convoy con ayuda para los afectados por el terremoto en Siria puso rumbo a la frontera turco-siria, como informó el medio The National. Hasta seis camiones de ayuda llegaron al noroeste de Siria después de que la ONU hubiese señalado que esperaba hacer entregas allí por primera vez desde el terremoto del lunes. La expedición llegó a territorio sirio controlado por la oposición después de cruzar la frontera con Turquía en el paso de Bab al-Hawa. 

La ONU informó que había detenido la asistencia que pasaba por Turquía por razones logísticas, mientras que los grupos de oposición sirios manifestaron que se había reabierto el cruce de Bab al-Hawa desde Turquía, la única ruta reconocida por la ONU para la ayuda al noroeste de Siria. Hasta cuatro millones de personas se ven afectadas en la región fronteriza, incluidos los desplazados que malviven en la zona. Las dificultades se acrecientan debido a inconvenientes como la destrucción de infraestructuras y el bloqueo de carreteras por la nieve. 


Países árabes como Emiratos y Rusia son los que brindaron asistencia desde el primer momento a Siria, llegando aviones de asistencia a Damasco; mientras, se preparó el terreno para que los convoyes de socorro cruzaran las líneas del frente de guerra de Siria de cara a poder acceder al noroeste, como confirmó el coordinador humanitario regional de la ONU para la crisis de Siria, Muhannad Hadi. “Esperamos que todos pongan los intereses de la gente primero, necesitamos dejar la política a un lado”, explicó Hadi, como informó el medio The National.

Poco después de que se desatase el potente terremoto que ha causado tal destrucción en Turquía y Siria, varios organismos se movilizaron para gestionar ayuda a los afectados. Además de la cooperación internacional, la Embajada de Turquía y distintas organizaciones internacionales han compartido campañas para enviar donaciones tanto económicas como materiales a los afectados por el terremoto de Turquía y Siria.


Las ONG que forman parte del Comité de Emergencia (Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision) pusieron en marcha una campaña conjunta para canalizar de forma más efectiva los donativos de las personas que quieran colaborar en su respuesta al terremoto. Esta respuesta tratará de proporcionar refugio, nutrición, educación, agua y saneamiento y asistencia sanitaria ya sea directamente o a través de socios locales. En esta línea, equipos de Médicos del Mundo trabajan sobre el terreno con la asistencia de otras entidades como la española SAMUR-Protección Civil, servicio municipal de Madrid encargado de la atención sanitaria de urgencias y emergencias que presta su servicio en la capital de España, para poder asistir a las víctimas de una de las mayores tragedias naturales en lo que va de siglo.