El Senado registra la primera iniciativa en defensa de la Miel de Palma

Yaiza Castilla, representante de ASG, presentó una moción que se suma a las acciones emprendidas a nivel de Cabildo y Parlamento

 El Senado registró hoy la primera iniciativa en defensa de la Miel de Palma que se ha presentado en la Cámara Alta. Así lo asegura la representante de Agrupación Socialista Gomera (ASG), Yaiza Castilla, antes de precisar que esta iniciativa se suma a las acciones emprendidas a nivel de Cabildo y Parlamento.
 
La moción de ASG en el Senado pide que se exceptúe y permita, el uso y comercialización del término “Miel de Palma” a través de la modificación del Real Decreto 1049/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba la Norma de calidad relativa a la miel. Se insta, además, a llevar el asunto a la Unión Europea, para que se modifique la Directiva 2001/110/CE relativa a la miel en los mismos términos.
 
“La Miel de Palma es un producto agroalimentario propio de La Gomera, que se obtiene con gran dedicación y trabajo duro”, explica la senadora antes de subrayar que este artículo hoy se ve amenazado por el uso fraudulento para fines comerciales de otros productos que nada tienen que ver como es el caso de la miel de caña.
Yaiza Castilla insiste en la importancia de llevar a Madrid y Bruselas las garantías que se requieren y así conseguir una denominación de origen protegida. Recuerda, además, que el producto por sus propiedades, color y textura es claramente diferenciado a la miel de abeja, y en las propias islas se conoce desde hace tantos siglos que es imposible la confusión al consumidor.
 
Especifica que con nuestra iniciativa queremos sumar a los senadores a la defensa de un producto único, fruto de una labor encomiable, en una orografía insular, que se traduce en una cultura rica y característica.
 
“Esta práctica y el producto estaban recogidos ya en crónicas del siglo XVIII, donde no sólo se cita la multitud de aprovechamientos que se daba a la palmera, sino también del trabajo de los guaraperos de La Gomera”, concluye Castilla.