Génesis y raíces de los gomeros

Me gusta comparar al hombre con un árbol, ya que al igual que este último el hombre hunde sus raíces en la tierra, a veces en el fango, pero extiende sus ramas y sus hojas buscando la luz, hacia el cielo.

 De hecho, la idea aunque yo la manejo desde hace algunos años, es bastante más antigua. En varios lugares, la Torá, (que serían para entendernos los cinco primeros libros de la Biblia, lo que conocemos por el Pentateuco), compara a la persona con un árbol. “Porque así como los días de un árbol serán los días de mi pueblo” se dice en Isaías 65:22. 

 

Y cuando hablamos del libro de libros y nos hacemos las grandes preguntas de la filosofía: ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?, también podemos acudir a la Biblia, ya que como se ha comprobado de muchas de las historias que nos cuenta el libro sagrado hay evidencias científicas e históricas de que ocurrieron, si bien podían haberse perdido perfectamente en la noche de los tiempos, si alguien no se hubiese tomado la molestia de escribir sobre ellas.

 

El Diluvio Universal es una de esas historias de la que han aparecido evidencias tanto en forma de reliquias como el descubrimiento del Arca que un grupo de científicos afirma haber encontrado en el monte Ararat, en Turquía y de cuya existencia también encontramos testimonio en la Biblia. Recordemos que en el Génesis se narra que Dios encargó a Noé construir un gran barco en el que debería de meter un macho y una hembra de cada especie animal para que así sobrevivieran al gran Diluvio Universal y pudieran, después, volver a repoblar la Tierra. Según la tradición cristiana, el Arca pasada la lluvia, atracó en las “montañas de Ararat”.

 

Pero vayamos a las genealogía, materia que también conoce mi paisano de Agulo  y amigo Gustavo González, que podría escribir páginas y paginas sobre genealogía de los apellidos gomeros, y en concreto a la figura de Noé y su descendencia. Cuando Noé y su familia salieron del Arca, eran las únicas personas en la tierra y dado que el gran patriarca tuvo tres hijos: Siem, Cam y Jafet, estos últimos y sus esposas tuvieron que repoblar la tierra. Y empezaron con buen pie, puesto que dieron a Noé dieciséis nietos que se menciona en la Biblia, y fíjense en la curiosidad filológica: 

Los hijos de Jafet fueron Gomer, Magog, Madai, Javán,  Tubal,  Mesec y Tiras. Como verán en Génesis 10:1-2 el primer nieto de Noé que se menciona es Gomer. El profeta Ezequiel ubica a los primeros descendientes de Gomer, junto con Togarma, su hijo, en los confines del norte, (Ezequiel 38:6). La ubicación que en principio no parece muy precisa, la determina mejor el Nuevo Testamento y el historiador judío Flavio Josefo. El libro la denomina Galacia y el historiador registra que se llamaban gálatas o galos en su época, (hacia el 93 dC) a los que anteriormente se llamaban gomeritas. Curioso, ¿verdad?.

 

La historia continúa con la emigración, parece ser un estigma que nos ha acompañado a lo largo de los siglos, y los Galatas a los que se dirigía una de las epístolas de San Pablo, o Gomeritas emigraron al oeste a lo que ahora sería Francia y España. Como muy bien sabe Óscar Mendoza a Francia se la conoció durante siglos por la Galia, como resultado de los descendientes de Gomer, pero es que es mas, al noroeste español, a esa encantadora esquina, se le conoce desde siempre por Galicia.

 

Mas aún, todo parece indicar que algunos Gomeritas emigraron a lo que hoy se conoce por Gales. El historiador galés, Davis, registra una creencia tradicional galesa de que los descendientes de Gomer “llegaron a la isla de Gran Bretaña desde Francia, unos trescientos años después del diluvio”. Y añade un registro aún más curioso, que el idioma galés se llama Gomeraeg, (por su antecesor Gomer).

 

Todo esto que podría parecer imaginación o fabulas de la Biblia, aparte de las fuentes que vienen por historiadores como los mencionados, tiene un reflejo en los estudios científicos. Hace relativamente poco tiempo que se han hecho estudios del ADN en diversos lugares de Europa, por ejemplo en los Pirineos tanto franceses como españoles y también en el norte de Africa, y se han encontrado muestras de ADN similares a los de algunos pueblos celtas como es el caso de los Galeses e Irlandeses, y al parecer  estas muestras similares tuvieron su origen en las migraciones realizadas desde las islas del Canal de la Mancha hacia la costa oeste francesa por donde fueron bajando hasta establecerse en lugares como los Pirineos, si bien muchos continuaron el viaje hasta la esquina occidental de Galicia e incluso península “abajo”, hacia el sur, haba llegar al norte de Africa, puesto que iban buscando tierras más cálidas que las de partida, azotadas por el frio polar de las glaciaciones.

 

Precisamente del norte de África, de Argelia, aunque con nacionalidad española, es un conocido mío afincado en España desde principios de los setenta, cuyo nombre y apellido es Jamal Ghomari. Los Ghomari, son habitantes de una región norteafricana llamada Ghomara. Región  de gran interés lingüístico pues en números pueblos de las cabilas de Beni Bouzra y Beni Mensour mantienen una variedad de beréber que ha estado en contacto con el árabe, así que podemos decir que es arabe-bereber de Ghomara. De ahí el apellido Ghomari que encontramos en Marruecos fundamentalmente, pero también en Argelia. Ya pueden imaginarse la sorpresa que se llevó Jamal, cuando le conté la historia del nieto de Noé cuyo nombre ha evolucionado hasta el apellido  que él y su familia llevan.

 

Y sí alguien sabe de apellidos, en España, y los registra, es el organismo oficial que realiza las estadísticas y cuyo acrónimo es el I.N.E. Sí alguno de ustedes se ha preocupado de pensar, y piensa bien, que algunos topónimos tienen su homologo en apellidos, como es el caso de Lugo, Simancas,  y Tacoronte, entre muchos, en la página correspondiente a la distribución geográfica de los apellidos del Instituto Nacional de Estadística también encontrarán el apellido Gomera, aparte de otros parecidos como Gomariz, etc.

Vean: Según el I.N.E, el apellido Gomera lo llevan de primero 453 personas y de segundo 482.  No son muchos ciertamente, para ser mas de cuarenta millones de españoles, pero mas curioso aún resulta ser que esos pocos se distribuyen desde el sur de España, en Córdoba y Almería, pasando por Albacete, Castellón y Valencia, y continuando por Zaragoza para llegar a tres provincias catalanas como son Tarragona, Barcelona y Gerona, y ¡Oh, sorpresa, sorpresa! Ningún habitante de Canarias lleva ese apellido. No me digan que no somos singulares hasta para eso.

 

Y esperando que este artículo les haya gustado, cojan todos estos datos que les suministro, añádanle nuevos ingredientes de su cosecha cultural particular y mézclenlos en la mortera y verán con que buen potaje hemos sido hechos los gomeros. Yo así lo creo.