Crónica de una muerte silbada (Por Estefanía Venus Mendoza Barrera)

Al Silbo Gomero –único, reconocido por todas las instituciones regionales, nacionales e internacionales y Patrimonio de la Humanidad- le ha salido un hermano mellizo en base a una prueba de ADN sin peso histórico, ni argumental ni de ningún tipo. 

Ya es oficial. El Boletín Oficial de Canarias 244 de 21 de diciembre de 2017 ha publicado el acuerdo del Consejo de Gobierno del Cabildo del Hierro relativo a la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor del Silbo Herreño. A efecto práctico esto quiere decir que al Silbo Gomero –único, reconocido por todas las instituciones regionales, nacionales e internacionales y Patrimonio de la Humanidad- le ha salido un hermano mellizo en base a una prueba de ADN sin peso histórico, ni argumental ni de ningún tipo. 

Sólo se sostiene por un “investigador” que defiende una hipótesis poco fundamentada. Un “investigador” formado como un hijo más en nuestra isla y que ha terminado vendiendo la idea de que lo que nuestro Silbo Gomero no es sólo nuestro, sino que se silbaba en otras islas. En todas, oiga. Y más en El Hierro. Y basado en relatos o crónicas. Pero no les queda trabajo por detrás.

Porque si algo tenemos los gomeros es orgullo, y con ese orgullo morimos. Y el silbo es parte de nuestra esencia. Porque fue aquí donde ha pervivido. Donde sobrevivió al olvido para formar parte hoy de nuestro día a día, de nuestra educación. No porque hoy lo usemos para comunicarnos, sino porque es el alma gomera el que va en los dedos, en la lengua y en el aire que utilizamos los silbadores. Porque el Silbo Gomero es original.

Háganos un favor a todos y no compre una imitación. Seguiremos silbando aunque haya quien invite a decir que nos ha salido un hermano mellizo. Como si ahora dijésemos que en nuestra isla se hacían quesadillas a mediados de siglo porque había una señora en Arure o El Cercado que las hacía según cuenta la sobrina y que van a formar parte ahora de nuestra gastronomía. Sería un disparate. El silbo es y será siempre gomero. Y quizá sea cierto que no se ha defendido como se debiera, pero está más vivo que nunca. Y ahora, como decía el poeta Pedro García Cabrera, 

Y ahora silba más hondo, 
 silba más alto y sin tregua, 
 silba una paloma blanca 
 que dé la vuelta a la tierra.

 

Estefanía Venus Mendoza Barrera
Monitora del Aula Insular de Silbo Gomero.