Lo que “vino para quedarse”

“El cielo, el mar, las ondas y los vientos, favorecen su justa confianza. Si no salís al paso, rendíos luego, que es gente que en el agua enciende fuego”, escribía Lope de Vega.

Escribía  Lope de Vega este verso en su Comedia “Los guanches de Tenerife” o “La Conquista de Canarias que, “El cielo, el mar, las ondas y los vientos, favorecen su justa confianza. Si no salís al paso, rendíos luego, que es gente que en el agua enciende fuego”. Obra en la que apuntaba ese carácter “guerrero” y luchador con el que estaba revestido el sentir de nuestros ancestros y que merced a él, fue difícil la invasión, el sometimiento y la ocupación.

Claro que, al final, ese coraje por si sólo no fue suficiente para detener a un invasor; palos, piedras y hondas no fueron suficientes para detener las balas y las estrategias militares de quienes arribaron en las islas. Y aunque la historia es demasiado extensa para resumirla, los guanches claudicaron sí, pero presentando batalla.

Vivimos otros tiempos, que duda cabe. No estamos en momentos en los que, defenderse de lo que nos quieran imponer deba combatirse en “las trincheras”, ni alimentar “una revuelta” sea lo apropiado, máxime cuando estamos seguros que el diálogo y la protesta pacífica son el canal adecuado para lograr “la victoria”.

Digo todo esto porque, con la nueva situación que se vive en este país, parece que aquel que reclama, exige o simplemente quiere que no se les resten derechos, es tildado poco menos que de revolucionario. Es más, en ocasiones cuando exige cosas que hasta hace nada eran cotidianas, otros le miran hasta de “malas maneras”.

Pues bien, no se trata de hacer Revoluciones pero sí, de no dejarnos “comer” más el terreno y no claudicar ante determinadas situaciones que, de no protestar, terminarán siendo otra de tantas que “vinieron para quedarse”.

Es el caso de el “autoservicio” en las Gasolineras, que con la “escusa” del distanciamiento, las medidas de higiene y salud por el Covid, tienes que ejercer además de cliente, de trabajador de la empresa por unos instantes. 

Paramos nuestro coche, nos bajamos y nos servimos el combustible, sin pensar que esta acción, que en principio puede ser la adecuada es justamente lo contrario; estamos con ello, favoreciendo que las  Estaciones de Servicio se ahorren contratar más personal y por tanto que aumente el paro. 

En estos días, hablaba con alguien sobre este asunto y, llegábamos a la conclusión que si todos los que repostamos nos parásemos hasta ser atendidos por el personal cualificado que deben tener al efecto las Estaciones, la Empresa se vera obligada a aumentar su plantilla. 

Cosa similar sucede con las Cajas de “autopago” que se han instalado en algunas Grandes Superficies y que, por aquello de querer parecer “más modernos” utilizamos sin darnos cuenta, o sí. Estamos en mi opinión, favoreciendo que al final, muchas cosas “vengan para quedarse”.