Opinión
La súplica de un buen colaborador
Mi fraternal amigo, Rosendo Fragoso, el que nos indica que, “siempre ha preferido cumplir con su profesión, ante que ser hombre de profesión”, en estos últimos días, ha tenido la gentileza de me haberme cursado unos muy angustiados mensajes que me han dejado rematadamente impresionado y suficientemente afligido.