Vacaciones

Las vacaciones son la suspensión de un trabajo, estudio u otras actividades para descansar. 
Exacto, descanso.

En incontables ocasiones he escuchado a algunas personas decir “pues para no irme de viaje prefiero no tener vacaciones”,” total si no voy hacer nada mejor me quedo trabajando”, “¿para esto me cogí las vacaciones para no moverme de casa?” y así un bla bla bla de negatividad absoluta.

Para mí las vacaciones son eso, descanso, da igual lo que haga, lo importante y primordial para mí en este caso es no ir a trabajar. Desde que no tengo que ir al trabajo ya son las tan mencionadas vacaciones. Obvio que siempre agrada más el poder darse una escapadita, viajar a algún lugar o bien para alimentar el conocimiento sobre lugares y costumbres o para la pausa del día a día y tumbarse en una hamaca a tomar mojitos y darte baños en el mar.

Yo no lo necesito. No siento que requiera el tener que moverme de casa para poder disfrutar de mi tiempo libre porque tan sólo con eso, con tenerlo, ya me llena.

Las vacaciones es el tiempo de desconexión, de liberarnos del ambiente laboral, de las tensiones que nos ocasione el mismo e incluso algunos compañeros, de no tener que lidiar hora tras hora durante 8 al día con clientes, personas todas ellas con sus diferencias y pretensiones. Puf, quién me diga a mí que por no salir de la isla no lo considera vacaciones y que prefieren que se las paguen y seguir trabajando no valora el tiempo, o más bien, su tiempo. Me da la sensación que esas personas no han generado una vida externa. Son de ese tipo de gente que su vida es su trabajo y poco más. ¿y saben qué? La vida es otra cosa.

En realidad, me adapté y acostumbré a no importarme no hacer nada durante las vacaciones cuando tenía vacaciones de invierno, esos 15 días al año que los tienes que coger obligatoriamente por imposición de un convenio.

Evidentemente coinciden en temporada escolar y no hacía nada más que descansar y aprovechar a realizar cosas que trabajando no podía. No viajaba porque mi hija estaba en clase y, por lo tanto, no podía faltar a las mismas. Así me eduqué en que las vacaciones son algo más que salir de esta isla, es disfrutar de tu tiempo sin tener que acordarte de que existe un trabajo. Eso me sirvió también de mucho en mi día a día, consigo desconectar en mis 2 días libres y sacar rendimiento al tiempo de ocio. 

Hay que aprender que el trabajo son sólo 8 horas al día y fuera de ahí está tu vida, nuestra vida, ésa tan valiosa como para valorar qué las vacaciones son para el descanso, la desconexión, la  libertad del tiempo y el disfrute de ti. 

A quién piense de otra forma simplemente decirles que el cuerpo tiene memoria y la repercusión a largo tiempo puede ser muy dañina. 
¿Vacaciones? Sí, quiero.